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domingo, 17 de abril de 2016

ESPACIONAVES GIGANTES: Una nave luminosa necesita por lo menos dos impulsos: uno normal que proporciona impulso hasta alcanzar la velocidad de la luz, y un segundo híper‑impulso, como vosotros lo llamaríais. Con este segundo impulso paralizamos el tiempo y el espacio. Y sólo cuando el tiempo y el espacio han dejado de existir somos capaces de viajar a distancias de años-luz en una fracción de segundo. Todo se realiza de una manera tan rápida que los vivientes ni se dan cuenta. -dijo la extraterrestre-

ESPACIONAVES GIGANTES: Una nave luminosa necesita por lo menos dos impulsos: uno normal que proporciona impulso hasta alcanzar la velocidad de la luz, y un segundo híper‑impulso, como vosotros lo llamaríais. Con este segundo impulso paralizamos el tiempo y el espacio. Y sólo cuando el tiempo y el espacio han dejado de existir somos capaces de viajar a distancias de años-luz en una fracción de segundo. Todo se realiza de una manera tan rápida que los vivientes ni se dan cuenta. -dijo la extraterrestre-



¿Cómo se desplazan los extraterrestres en sus viajes intergalácticos? Mediante naves nodriza, de un tamaño que muy posiblemente sobrepasa nuestra imaginación. Por ejemplo, en el año 1955, en el observatorio de Monte Palomar (EE UU)  detectó, orbitando a 500 km alrededor de la Tierra, una nave esférica de 10 kilómetros de diámetro. Aquella gigantesca nave daba una vuelta completa a nuestro planeta en menos de una hora. (Recogido en el libro SIRAGUSA “El anunciador”, de Victorino del Pozo)*



Si comparamos esas naves nodriza (capital ships) extraterrestres con los buques más grandes que actualmente navegan en  los océanos terrestres, estos se convierten en frágiles canoas… en el océano cósmico. (El Knock Nevis*, un superpetrolero de 458 metros de largo es hasta la fecha de hoy, el barco mas grande jamás construido por los seres humanos).


*(El Knock Nevis, antes llamado Seawise Giant, Happy Giant y Jahre Viking, fue un superpetrolero ULCC, que fue construido entre 1979 y 1981, en los astilleros de Oppama (Japón). Con 458 metros de eslora y 69 metros de manga, era el barco más grande del mundo, y el que, a su vez, poseía el mayor tonelaje de registro (TRB) bruto hasta la fecha.  FUENTE: https://es.wikipedia.org/wiki/Knock_Nevis)


Comparación del Knock Nevis en relación con los rascacielos mas altos.


Tamaño a escala entre el super-petrolero Konock Nevis (en rojo) y la Nave Nodriza (amarillo) detectada en Monte Palomar año 1955


*Del libro SIRAGUSA “El anunciador”, de Victorino del Pozo

PRIMERA RESPUESTA EXTRATERRESTRE SOBRE GRANDES POTENCIAS

En nuestro planeta, todo se repite, todo vuelve en ciclos periódicos de tiempo. Y también los acontecimientos que han pretendido ser archivados, terminados o enterrados por los responsables políticos o militares de la seguridad de los Estados.

Los protagonistas del avistamiento de Monte Palomar una noche clara de principios de los 50, estaban tranquilos y habían vuelto a su trabajo habitual de astrónomos que trabajan por turno auscultando a voluntad los cielos con enormes ojos de cristal movibles y dirigibles a voluntad, cuando la situación se repitió casi en las mismas condiciones que la primera vez.

Telescopio del Observatorio Monte Palomar
Había entrado el turno de noche en Monte Palomar.
Era una agradable noche, estrellada, clara, la del 24 al 25 de abril de 1955.
Uno de los dos astrónomos que trabajaban aquella noche fue el primero en observar una poderosa luz que se movía de Este a Oeste, describiendo una órbita muy próxima a la Tierra.

Patrick Landing llamó sobresaltado a su compañero:
- ¡Mira esto!...
Williams Matwes observó unos segundos y dijo:
- Es idéntico en trayectoria y forma a los satélites que fueron observados a unos mil kilómetros, hace aproximadamente tres años...
- ¿Podemos calcular la distancia de giro y su velocidad?
- Debemos hacerlo si no desaparece, antes de comunicarlo. Además a estas horas es posible que el sistema de radar de White Sands lo haya detectado. Si no hacemos la comunicación nosotros nos van a freír a preguntas. Es mejor adelantarse.

Observaron durante un tiempo más.
Llegaron a la conclusión de que se movía en una órbita próxima a la Tierra unos 500 kilómetros. De este a Oeste, a una velocidad de crucero superior a la de cualquier ingenio que fuese conocido en los Estados Unidos en ese momento.

Patrick Landing lo comunicó al director del Observatorio.
Este se había acostado ya y tuvo que sufrir por segunda vez en 3 años un sobresalto profesional a cargo de luces desconocidas.
Preguntó a Landing si estaban seguros. Después se levantó encaminándose al Observatorio para cerciorarse por sí mismo.


Desde allí llamó al Pentágono:
- Aquí Monte Palomar. Póngame con el jefe de seguridad.
Esperó unos segundos... Añadió:
- Es muy urgente y grave.
La voz al otro lado del hilo le tuteó:
- ¿Qué pasa de importante esta noche?, ¿se os ha hundido el observatorio?
- Casi. ¿Recuerdas la observación que realizamos con el profesor La Paz y Clyde Tombaugh?
- No me digas que han vuelto.
- Tenemos uno de los dos cuerpos moviéndose en la misma dirección, pero en una órbita muy próxima a la Tierra. Calculamos que sólo a unos 500 kilómetros. El otro parece que ha desaparecido. Si eso se sigue acercando puede ser grave...
- Bien. Continuad observando minuciosamente el objeto. Voy a dar órdenes para que se realicen observaciones desde otros puntos y verificar así vuestra observación en los observatorios de radar. Si el objeto sigue describiendo esta misma órbita o se acerca, avisadme inmediatamente. Si permanece estacionario nos reuniremos mañana a las nueve. ¿Ok?

El director del Observatorio colgó y siguió vigilando con todo su equipo el extraño objeto. Dio las órdenes precisas y se retiró a su despacho para confrontar los datos de la primera observación con la actual y preparar un dossier detallado para la reunión del día siguiente.


Alarma en la Casa Blanca

La presencia de este cuerpo ajeno, a sólo 50 kilómetros de giro sobre el Planeta, alarmó no sólo a los militares de las bases que habían podido detectarlo por radar, sino al Ministerio de Defensa y al Pentágono.
Se había iniciado un programa de ocultamiento, dirigismo y manipulación del tema de los platillos volantes en vigencia desde finales de los años 40.
La CIA había intervenido eficaz, política y contundentemente en el desarrollo de los acontecimientos al respecto.

Las comisiones investigadoras, los informes objetivos y los resultados de algunos científicos, habían podido ser mantenidos en suspenso o retirados a la publicidad de los medios de comunicación, aprovechando el cambio de Presidente en el país. Truman se había ido y en su lugar había un militar: el general Eisenhower.

En la mañana del 25, después de la reunión del personal de Monte Palomar con altas personalidades del Pentágono, se pasó un dossier al propio Presidente de los Estados Unidos.
El general Eisenhower lo leyó y, como respuesta, convocó para esa misma tarde una reunión extraordinaria con el Comité de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.
Asistían a la reunión urgente, en calidad de consultores, los profesores La Paz y Clyde Tombaugh, y en calidad de informantes, el director del Observatorio de Monte Palomar y el jefe de la base White Sands.


Al comenzar, el director del Observatorio resumió así la situación:
- Tenemos nuevamente un cuerpo no identificado girando en tomo a la Tierra, en una órbita que se aproxima a la superficie en casi 500 kilómetros y siguiendo la ruta Este-Oeste. La observación coincide con la de hace tres años en varios aspectos: forma de luminosidad, dirección de giro, velocidad... La única diferencia consiste en su aproximación a la Tierra y en que, de los dos cuerpos observados, ha desaparecido uno. Nuestra conclusión definitiva es que no se trata de meteoritos, como apoyó anteriormente el profesor Clyde Tombaugh, sino de satélites de construcción humana.

La conclusión levantó una ola de comentarios.

Algunos militares empezaron a gritar. Eisenhower escuchaba en silencio.
Asistían a la reunión, como técnicos en astronáutica, Wernher von Braun y Walter Doernberger, que estaban trabajando en un proyecto de satélite similar.
Von Braun tomó la palabra y se dirigió al director del Observatorio de Monte Palomar:
- ¿Puede decirme, por referencia a la observación anterior, las variaciones de velocidad, forma, luminosidad, conducta y diámetro de giro orbital del objeto en cuestión?

Wernher von Braun
El director del Observatorio le respondió:
- En el tiempo que ha mediado entre la primera observación y esta segunda, hemos observado un acercamiento de 500 kilómetros en su órbita de giro con respecto a la Tierra. Cada mes ha ido ganando unos segundos en su velocidad de giro. Hoy podemos añadir que realiza una vuelta completa de nuestro Planeta en menos de una hora. Dada su aproximación, ha variado enormemente su tamaño. Según nuestros cálculos, hoy tiene un diámetro de más de 10 kilómetros. Su forma aparente es esférica.

Volvió a reinar un irresoluto silencio entre todos los asistentes.
W. Doernberg pasó un portafolio y una carpeta a Von Braun. Von Braun dijo:
- Los rusos Heinrich Grunov y Helimuth Goeltrup están trabajando en un proyecto parecido al nuestro, según las informaciones que poseemos. Pero no teníamos noticias de que hubiesen lanzado ingenio alguno de esas características. Incluso podemos añadir que las características del objeto observado rebasa nuestro estado actual de desarrollo astronáutico.


OVNI gigante grabado por militares en Los Roques (Venezuela) (PARA VISIONAR EL VÍDEO DAR DOS VECES PLAY)


Al final de la violenta reunión, se alcanzaron dos conclusiones. La primera, de carácter técnico, decía así:
“El cuerpo que gira alrededor de la Tierra, y que ha sido detectado nuevamente en Monte Palomar, no es un meteorito, sino que puede ser un satélite artificial secreto lanzado por la Unión Soviética al espacio.”

La segunda conclusión era de tipo político y fue llevada a cabo entre un grupo más reducido de miembros del Pentágono y la Casa Blanca. Era la siguiente:
“Se establecerá contacto con los dirigentes de la URSS con la mayor urgencia, y se invitará a las grandes potencias occidentales a esta reunión.”


OVNI gigante fotografiado saliendo de una nube, en la India

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Actualmente no es ningún secreto que los extraterrestres utilizan naves nodriza para sus desplazamientos desde un planeta a otro y muy seguramente, desde sus galaxias de origen hasta otras mucho más lejanas. Según la ciencia de los seres humanos, aquella posibilidad es imposible, si bien los extraterrestres ya han explicado que utilizan otras dimensiones para hacerlo, algo asi como la Cuarta Dimensión; tal como le explico Rahel, (extraterrestre proveniente del planeta Milburbek, situado a 50 años-luz de la Tierra) al contactado mexicano Pablo Hawnser:

Del libro La Respuesta, de Pablo Hawnser

Por otra parte, en el campo de la cosmología, las fuerzas básicas son la gravitacional y la electromagnética. En estos terrenos se encuentra la ciencia que tus hermanos llaman “Teoría de la Relatividad”. En ella entran en consideraciones que les hicieron comprender que el cuarto factor o coordenada para ubicar a los cuerpos en tercera dimensión es el tiempo, y que al ser éste una parte del sistema completo determinaron que en realidad lo que se tiene es una sola dimensión a la que se denomina espacio-tiempo.

Las características ya son válidas para aplicar el conocimiento al universo real al que pertenece tu planeta por ser parte del sistema planetario del Sol, y éste a su vez del conjunto de estrellas de la galaxia conocida por ustedes como la Vía Láctea.
Ésta, a su vez, forma parte del universo local, que a su vez es parte integral de un súper-universo de los que integran el universo maestro de la creación. La Teoría de la Relatividad, en la ciencia de tus hermanos, explica cómo se altera el “tiempo propio” de cualquier objeto. La alteración del tiempo está en función de su velocidad, si ésta llegara a ser la velocidad de la luz (300 mil kilómetros por segundo aproximadamente), en ese momento la coordenada tiempo llegaría a tener un valor de “cero”, esto es, que el tiempo se habrá detenido para ese objeto.




No es fácil imaginar el “tiempo” detenido porque es algo que no puedes ver, debes comprenderlo de manera abstracta únicamente, pues imaginar un mundo con el tiempo detenido sería como una fotografía o un escenario fijo. Es más fácil, en todo caso, cambiar de contexto y pensar en él como otra dimensión.

Imagínate que tienes puestos unos anteojos de cristal verde, estás en un salón verde y todo lo ves claramente en tonos de verde. Pasas a otro salón y con los anteojos no ves nada, sólo vacío. Te pones ahora unos anteojos color rosa y todo lo ves claramente en tonos de rosa, pero si con los anteojos rosa vas al salón verde tampoco podrás ver nada, pero ya sabes lo que hay y aunque no lo puedas ver con esos anteojos, sigue existiendo. Algo similar pasa en los cambios de dimensión, cada una existe aun cuando tú, desde otra, no la puedas ver; sin embargo, comprendes su existencia y los fenómenos con que se pueda manifestar.

Con el ejemplo anterior, si haces un esfuerzo de imaginación para comprender lo que te acabo de describir, tendrás la capacidad para pensar y aceptar que pueden existir otras dimensiones más allá, y así podemos entonces anunciar como CUARTA DIMENSIÓN a aquella región del espacio en la que la materia está integrada de tal forma, que el tiempo ya no existe como dimensión separada sino integrada a su ser.
Trataré de explicártelo con otras palabras, cuando un cuerpo alcanza a desplazarse con la velocidad de la luz, el tiempo como lo concibes deja de existir para él, tiene un valor de cero.


Nave nodriza.
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Puede deducirse claramente, que una vez “detenido el tiempo” y alcanzando la velocidad de la luz; ya “dentro” de la Cuarta Dimension, sus naves nodriza, o como citan las Agencias de Seguridad, los “transporte”, son hiper-acelerados para rebasar las distancias intergalácticas; o tal vez para alcanzar lugares más alejados como la galaxia de Andromeda, que se encuentra a una distancia de 2,5 millones de años-luz de la Tierra, acercándose hacia nosotros a 300 km por segundo. De este modo le explicaron al contactado Pablo Hawnser, que desde la Tierra al planeta Milburbek, tardan aproximadamente media hora en recorrer 50 años-luz. Un equivalente cercano al tiempo utilizado por los pleyadianos en recorrer 500 años-luz utilizando 7 horas aproximadamente; según le indicó la extraterrestre Semjase al contactado suizo Eduard “Billy” Meier en relación con la mecánica de los viajes intergalacticos:

Del libro Los grandes contactados, de Manuel Navas Arcos:

Representación de Semjase

EDUARD “BILLY” MEIER

Con los pleyadianos a unos quinientos años luz de la Tierra, los físicos terrestres opinan que, viajando a la mayor velocidad concebible, es decir a la velocidad de la luz, un viaje desde Las Pléyades a la Tierra, y regreso, requeriría mil años, sin embargo, Meier mantenía que el sistema de propulsión pleyadiano era capaz de alcanzar velocidades de muchos millones de veces más veloces que la luz. Y que, con frecuencia. Semjase iba y volvía desde su planeta natal ERRA, y la Tierra. Los pleyadianos, añadía Meier, realizaban el viaje en siete horas.

Durante el cuarto contacto, y de nuevo en el octavo. Semjase le había explicado aspectos del sistema de propulsión que permitían a las naves luminosas pleyadianas trascender la distancia y el paso del tiempo.



- Para viajar a través del espacio cósmico –dijo-, se necesita un impulso que sobrepase muchas veces la velocidad e la luz. Pero esa propulsión solo entra en acción cuando ya se ha alcanzado dicha velocidad. Esto significa que una nave luminosa necesita por lo menos dos impulsos: uno normal que proporciona impulso hasta alcanzar la velocidad de la luz, y un segundo híper‑impulso, como vosotros lo llamaríais. Con este segundo impulso paralizamos el tiempo y el espacio. Y sólo cuando el tiempo y el espacio han dejado de existir somos capaces de viajar a distancias de años luz en una fracción de segundo. Todo se realiza de una manera tan rápida que los vivientes ni se dan cuenta.

No estoy autorizada a darte más detalles. Pero puedo decirte que vuestros círculos científicos más avanzados siguen aún trabajando sobre sistemas conocidos como impulsos emisores de luz e impulsos de taquiones. Los principios elementales ya les son conocidos. El impulso emisor de luz sirve como un sistema de propulsión normal para hacer avanzar las naves hasta los límites del espacio y del tiempo. Una vez allí, el impulso del taquión entra en acción. Se trata del sistema de híper­-propulsión, que es capaz de forzar el espacio y el tiempo hasta el híper‑espacio. Nosotros empleamos otros nombres, pero los principios son exactamente los mis­mos.

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Esas naves intergalácticas constituyen algo así como “ciudades volantes” donde miles de seres desarrollan diversas actividades, tanto científicas como de observación y control respecto a civilizaciones “poco evolucionadas”, siendo una de ellas la terrestre. Me llamó la atención aquello que le transmitieron los extraterrestres al contactado estadounidense Daniel W. Fry: Su civilización vivía dentro de una nave de dimensiones considerables, desplazándose de un modo errante por la galaxia. Según le explico A-Lan, el extraterrestre, raramente abandonaban su “nave madre” aunque tenían la capacidad de observar lugares lejanos utilizando naves de menor tamaño, teledirigidas:

Del libro El incidente de White Sands, del doctor Daniel W. Fry

A-Lan decía lo siguiente:

La nave espacial en la cual vivimos, trabajamos y aprendemos ha sido nuestro único hogar por generaciones. Es bastante grande comparada con sus grandes transatlánticos, y desde hace mucho hemos desarrollado avances tecnológicos que nos hacen casi independientes de cualquier planeta.





Nave nodriza sobre el embalse de Heilongtan, provincia de Sichuan (China)



Nuestra nave es un sistema cerrado. Toda sustancia dentro de la nave queda dentro de ella; nada es emitido, excretado o perdido. Hemos aprendido métodos simples para reducir todos los compuestos a sus elementos y recombinar estos elementos para obtener lo que necesitamos. Por ejemplo, respiramos en la misma manera que ustedes. Es decir, nuestros pulmones toman oxígeno del aire y expulsan anhídrido carbónico. Por consiguiente el aire de nuestra nave pasa constantemente a través de soluciones que contienen organismos vegetales que absorben el anhídrido carbónico y desprenden oxígeno, como hacen las plantas sobre la Tierra.

Los organismos vegetales usan el carbono para su propio crecimiento. En ciertas ocasiones estas plantas pueden transformarse en uno de nuestros alimentos. Las docenas de ciclos naturales a través de los cuales la vida se crea y se mantiene sobre un planeta como el de ustedes son duplicados dentro de nuestra nave. Desde que el tamaño de la nave que contiene a nuestra raza es pequeño con respecto a un planeta, los ciclos deben cumplirse más rápidamente y bajo condiciones de control muy precisas; pero en cualquier otro aspecto los ciclos de vida y reproducción son los mismos.

Por supuesto, hay pérdida de energía durante estos ciclos, que debe ser reemplazada de alguna fuente externa. Cuando estamos en la proximidad de estrellas como el Sol, podemos captar fácilmente más energía de lo necesario, así como su planeta recibe del Sol más energía útil de la que emplean.

Durante nuestros ocasionales viajes interestelares, nuestra nave puede viajar por varias generaciones en regiones más bien remotas con respecto a cualquier estrella, pero todavía podemos recoger pequeñas cantidades de energía que llegan de millones de estrellas y galaxias remotas, y también hay por supuesto otras fuentes de energía que están constantemente disponibles a nuestro alcance, como la energía de los rayos cósmicos y las diferencias de temperatura que también son aprovechables.

Puede ser difícil para usted concebir una raza de seres inteligentes que pasan sus vidas dentro de los confines relativamente estrechos de su nave espacial. Y dentro de su limitada comprensión, ustedes pueden sentirse inclinados a tener piedad por tal raza. Nosotros, por nuestra parte, nos sentimos inclinados a tener piedad por razas primitivas que todavía están confinadas sobre la superficie de un solo planeta, donde son incapaces de poder controlar muchas de las condiciones que los rodean y se vuelven víctimas desamparadas de terremotos, inundaciones, tornados, mareas, nevadas, sequías y otros riesgos que constantemente amenazan a los que viven en la superficie de un planeta.


Cada aspecto de nuestro medio ambiente es controlado con precisión. La temperatura es mantenida constantemente dentro de una fracción de grado. La humedad, la presión atmosférica y aun la fuerza gravitacional que nosotros creamos dentro de nuestra nave son mantenidos exactamente en su punto óptimo.

Mientras nuestros cuerpos raramente dejan la nave, nuestra tecnología nos ha provisto de una casi ilimitada prolongación de nuestros sentidos, así que, con el propósito de observación, aprendizaje y comprensión, podemos estar íntimamente presentes en cualquier momento, en cualquier lugar que nosotros elijamos para observar o visitar, siempre que el punto que deseemos alcanzar o ver esté a unos pocos millones de millas de nuestra nave. A través de esta habilidad que puede parecer extraña a ustedes pero que es bastante normal entre nosotros, somos capaces de generar y aplicar fuerzas simples a distancias considerables de nuestra nave.

Nuestras habilidades pueden parecer algo sorprendentes e increíbles a su gente, pero son tan sorprendentes e increíbles como vuestras actuales capacidades científicas comparadas con las capacidades de vuestros propios antecesores hace unos pocos cientos de años. Cualquier logro científico o técnico parece increíble a aquellos que todavía no lo han alcanzado porque ellos no lo entienden.

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Pero de todas las observaciones de naves nodriza que se han reportado y que circulan por Internet, hay una que verdaderamente me ha llamado la atención, me refiero a una gigantesca nave de dimensiones planetarias absorbiendo energía del Sol, el día 11 de Marzo de 2012. Imágenes, al parecer, grabadas por el SOHO (NASA) (Solar and Heliospheric Observatory), aunque la NASA, en su línea oficial, desmintió haber grabado unas imágenes en las cuales se observa un objeto cuasi-planetario unido al Sol por una especie de cordón umbilical”. Podemos imaginar por tanto, que la tecnología extraterrestre empleada supera con mucho la ciencia terrestre:




El gigantesco OVNI que absorbe energía del Sol.  (PARA VISIONAR EL VÍDEO DAR DOS VECES PLAY)


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A modo de ampliación, podría decirse que desde hace muchos años atrás se han reportado diferentes avistamientos de naves nodriza en todos los lugares de la Tierra. De igual forma, “los gobiernos correspondientes se han empeñado en negar tan gigantescas evidencias”; naves de transporte en cuyo interior transportan otras de menor tamaño, que son utilizadas para la exploración del planeta correspondiente: son los famosos “platillos volantes” u OVNIs que son dirigidas por una tripulación de entre 4 y 12 personas bajo la dirección de un comandante de nave. El tamaño y forma de los OVNIs varía dependiendo del origen de  la raza en cuestión (Las clásicas formas de platillo volante, triangulares, esféricas, piramidales, romboides, etc). Los “deslizadores”, como los llaman algunas de estas razas extraterrestres, suelen tener un tamaño de entre los 12 y 30 metros de diámetro; aunque hay reportes de otras mayores de entre  100 y 200 metros de diámetro, como aquellos platillos volantes surgiendo de un lago y donde se reunió, en su primer contacto con seres de las estrellas procedentes de Las Pleyades, el contactado colombiano Enrique Castillo Rincón relatado todo ello en su libro OVNI Gran Alborada Humana.





OVNI filmado en Turquía, donde pueden verse dos de sus tripulantes.  (PARA VISIONAR EL VÍDEO DAR DOS VECES PLAY)
Siguiendo con esta exposición de las capital ships (naves nodriza) he incluido un extracto del libro Los desconocidos del Espacio, escrito por el Mayor de la Marina de EE.UU. Donald E. Keyhoe en el cual se describen diversos avistamientos y encuentros con muchas de esas naves gigantescas; así como las “argucias y el empeño” de muchos gobiernos por ocultar esta realidad extraterrestre a la población en general.

Donal E. Keyhoe se licencio en la Academia Naval de los EE.UU. (Institución para la formación de futuros oficiales de la Armada e Infantería de Marina, situada en Annapolis, Maryland) en 1919. Fue cofundador en el año 1956 del NICAP (Comité Nacional de Investigación sobre Fenómenos Aéreos) que investigó durante muchos años multitud de avistamientos OVNIs y las maniobras de ocultación del gobierno de EE.UU.

Dentro de la temática y estudio del fenómeno extraterrestre, el libro Los desconocidos del Espacio, de Donald E. Keyhoe es imprescindible si quiere tenerse una comprensión de todo aquello relacionado con los OVNIs. Bajo mi opinión, es una obra maestra; una recopilación de hechos que de otra forma se hubiesen perdido en el olvido y que todos nosotros siempre deberíamos agradecer al Mayor Donald E. Keyhoe.




Del libro Los desconocidos del Espacio, de Donald E. Keyhoe


Donde puede leerse Los desconocidos del Espacio: https://issuu.com/peter4899/docs/ovnis_-_los_desconocidos_del_espaci

Espacionaves gigantes

El primer día memorable de este dramático asunto fue el 18 de julio de 1967. Hasta el atardecer, había sido un día vulgar en la Estación Astronómica soviética situada cerca de Kazán. A medida que iba oscureciendo, dos de los astrónomos del equipo comenzaron a hacer observaciones de rutina.

De repente, apareció un enorme objeto volador, moviéndose con rapidez a través del cielo. Mientras pasaba sobre el observatorio, su brillo naranja lo hacía fácilmente visible en la penumbra. Era una visión asombrosa: un aparato con forma de cuarto creciente, tan enorme que al menos era ocho veces mayor que cualquier avión conocido. Las puntas del creciente estaban dirigidas hacia atrás, emitiendo escapes parecidos a los de los reactores.

Volando a una increíble velocidad, la gigantesca astronave se perdió de vista en pocos segundos. Los dos astrónomos se quedaron estremecidos por la experiencia. Al principio, no informaron de la misma por miedo a que nadie les fuera a creer. Pero pronto llegó confirmación de la existencia de la gigantesca astronave por parte de otros astrónomos.

El 8 de agosto, otra enorme lúnula voladora pasó a gran velocidad sobre la Estación Astrofísica soviética de Kislovodsk, que es operada por la Academia Soviética de las Ciencias. La observación fue entrada en el libro oficial por el astrónomo Anatoli Sazanov, uno de los doce miembros del equipo que vieron el enorme aparato. El 4 de septiembre, el 18 de octubre y varios días más de 1967, sobre la Rusia del Sur fueron vistos y seguidos por astrónomos aparatos idénticos.

En febrero de 1968 algunos de estos informes fueron confirmados por Moscú en una declaración hecha oficialmente. Los datos más asombrosos de la misma eran los cálculos realizados por los astrónomos del observatorio de Kazán tras diversas observaciones de la enorme astronave: El diámetro de las lúnulas voladoras era de unos 500 a 600 metros. Su velocidad era aproximadamente de 5 km por segundo, o sea 18 000 km por hora.
Esta declaración, oficialmente aprobada, fue hecha pública por el doctor Fritz Zigel, uno de los principales científicos de la nueva Comisión de Investigación de los OVNI, que formaba parte del Comité de Cosmonáutica de la Unión. El doctor Zigel era también una figura clave en el Instituto de Aviación de Moscú.






Nave nodriza expulsa OVNs en Massachusets, 13 de Enero de 2015  (PARA VISIONAR EL VÍDEO DAR DOS VECES PLAY)

FUENTE DEL VIDEO: https://www.youtube.com/watch?v=HJPVUJX9yMY 

En la declaración de Zigel fueron omitidas algunas de las evidencias que poseían los soviéticos, pero esto no sirvió para reducir la preocupación de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. En una declaración pública anterior, el científico había indicado, con gran énfasis, que los OVNI provenían de un mundo más avanzado. También había ido en contra de la ridiculización de los testigos y ocultamiento de los datos que se habían efectuado tanto en los Estados Unidos como en Rusia.
Urgiendo a que se terminase de una vez por todas con el secreto, había pedido un intercambio de información a escala mundial, a efectuar por todos los científicos para lograr determinar los hechos.

En su nuevo puesto como ayudante y consejero del general Stolyerov, el doctor Zigel podía ser una verdadera amenaza para el secreto de la Fuerza Aérea. Si lograba hacer pública la suficiente evidencia soviética como para convencer de la realidad de los OVNI, eso ya sería bastante grave; pero si esto incluía pruebas de que gigantescas espacionaves estaban operando cerca de nuestro planeta, era casi seguro que originaría una oleada de terror. El Proyecto de Colorado se desmoronaría, y, lo que era mucho peor, la censura de la Fuerza Aérea quedaría inmediatamente al descubierto, incrementando las posibilidades de que se produjese un pánico.
Justo dos años antes, la Fuerza Aérea se había enfrentado con el mismo problema, cuando se había filtrado un informe sobre una espacionave gigante.

Tokio, Japón.
La noche del 15 de febrero de 1965, un avión de la línea Flying Tiger que cumplía un charter del Departamento de Defensa volaba sobre el Pacífico, transportando un grupo del Ejército y de la Fuerza Aérea al Japón. Faltaba una hora de vuelo para llegar a Tokio cuando el radar de navegación captó tres grandes objetos que se movían a alta velocidad.
Al principio, el operador y los pilotos creyeron que el instrumento estaba funcionando mal, ya que jamás habían visto unos ecos tan grandes en una pantalla de radar. Luego, un brillo rojizo apareció en el cielo, por encima de ellos y hacia su izquierda. Mirando hacia arriba, el capitán vio tres enormes objetos de forma ovalada. Descendiendo a gran velocidad y en formación cerrada, parecían estar dirigiéndose en línea recta hacia el avión.

El capitán comenzó apresuradamente a girar, pero se detuvo. Los tres gigantescos OVNI, desviándose hacia un lado, habían reducido bruscamente su velocidad. Ahora estaban estabilizando su vuelo a la altitud del aeroplano, aún en formación cerrada.
El radar mostraba que estaban a ocho kilómetros de distancia, pero incluso así parecían gigantescos. Durante varios minutos, la tripulación de la Flying Tiger contempló, en tensión, los tres aparatos brillantes. Aunque no intentaban acercarse más, su formidable tamaño los hacía aparecer amenazadores.

Mientras los gigantescos aparatos continuaban volando cerca del avión de línea, el capitán envió a un tripulante a la cabina de pasajeros. En unos instantes regresó con un oficial de la Fuerza Aérea. El capitán de la Flying Tiger esperaba que un mensaje de emergencia hiciera acudir reactores de Okinawa, en caso de que se encontrasen con problemas. Pero el miembro de la Fuerza Aérea, tras una asombrada inspección de los enormes OVNI, le advirtió que ni lo intentase. Aunque los reactores llegasen a tiempo, probablemente se verían inermes... y quizá dieran origen a un ataque.

Foo fighters ( OVNIS) volando en Europa junto a bombardero aliado, año 1944
Durante varios minutos más los gigantescos aparatos siguieron volando junto al avión, mientras la tensión iba llegando a extremos insostenibles dentro de la carlinga. De pronto, la formación empezó a subir en un ángulo muy agudo y, acelerando hasta 2200 km por hora, las astronaves desaparecieron en unos segundos. Cuando el avión aterrizó, la Inteligencia de la Fuerza Aérea envió un mensaje en código al Pentágono. Tuvo un poderoso impacto. El oficial de la Fuerza Aérea que había visto las enormes naves había estimado su tamaño, utilizando como base la suposición de que se hallaban a ocho kilómetros. Si sus cálculos eran correctos, las astronaves debían de medir casi 600 metros de largo... y posiblemente aún más.

Afortunadamente para la Fuerza Aérea, habían descendido sobre el océano. Si lo hubieran hecho sobre una gran ciudad, no habría habido manera de detener el pánico.
Al principio, la Fuerza Aérea creyó que había logrado ocultar muy bien aquella historia. Pero un mes después me fue enviado al NICAP un informe firmado por un capitán de la Fuerza Aérea estacionado en el Japón. Tras analizar el caso lo incluimos en el UFO Investigator (El investigador de los OVNI), el informe que envía el NICAP a sus miembros; pero, a sugerencia de nuestro consejero psicológico, redujimos la estimación de tamaño a 210 metros. Cuando fue publicado, el estallido de observaciones del año 1965 estaba dando lugar a noticias casi diarias, y el encuentro del avión de la Flying Tiger no tuvo gran difusión.

El Mayor de la Armada de EE.UU. Donald E. Keyhoe supuso un antes y un después en  desenmascarar del fenómeno OVNI. Escribió el libro Los desconocidos del Espacio.
Pero poco después de esto la Inteligencia de la Fuerza Aérea tuvo otro momento de pánico cuando las primeras páginas de los periódicos publicaron artículos que hablaban de la observación de un enorme disco volador en el Antártico. Cuando el ministro de la Armada Argentina confirmó que habían sido tomadas películas del enorme objeto volador, algunos oficiales del Cuartel General de la Fuerza Aérea temieron que esto fuera el fin de la censura. Si se facilitaba fotografías de la espacionave a la prensa mundial, los resultados podrían ser desastrosos. Quizá los altos jerarcas argentinos lo entendieron así o quizá fueron persuadidos para que no hiciesen pública la evidencia. Fuera cual fuese la razón, el caso es que las películas jamás fueron ofrecidas a la publicidad y, con la excitación del boom de 1965, la mayor parte del público se olvidó del asunto.

Para la Fuerza Aérea esto supuso un alivio mucho mayor de lo que pudo imaginarse la gente. Desde 1953 había sabido que gigantescas espacionaves estaban operando cerca de nuestro planeta. Al menos en nueve ocasiones habían sido vistos u observados en órbita enormes aparatos alienígenas, o bien habían sido vistos cuando descendían hacia la Tierra por breves períodos. En cada ocasión esto había representado una dura prueba para los censores de la Fuerza Aérea, que luchaban por ocultar los informes o por explicarlos cuando fracasaban sus intentos de censura.

Durante 1953, la Fuerza Aérea comenzó a experimentar con nuevos equipos de radar de largo alcance. Mientras efectuaban las pruebas iniciales, los operadores de la Fuerza Aérea se sintieron anonadados al captar un gigantesco objeto que orbitaba cerca del Ecuador. Su velocidad era de casi 29000 km por hora. Comprobaciones repetidas mostraron que el seguimiento era correcto. Algún enorme objeto desconocido estaba dando vueltas a la Tierra a 1000 km de altura.




OVNIs gigantes en el Espacio.  (PARA VISIONAR EL VÍDEO DAR DOS VECES PLAY)

FUENTE DEL VIDEO: https://www.youtube.com/watch?v=gGEMVS_wBz8


Poco después otro enorme objeto se aproximó a la Tierra. Seguido por los radaristas de la Fuerza Aérea, también entró en órbita a unos 800 km de altura. Los alarmados jefes del Departamento de Defensa crearon apresuradamente un proyecto de emergencia para la detección de satélites, en White Sands, Nuevo México. El científico que estaba al mando de esta investigación secreta era el doctor Clyde Tombaugh, descubridor del planeta Plutón, el único astrónomo de fama que había admitido haber visto un OVNI. Esta «barrida del cielo» era un proyecto combinado de las Fuerzas Armadas, bajo los auspicios del departamento de Investigación de Materiales del Ejército.

En febrero de 1954 un artículo redactado por la Sociedad Astronómica del Pacífico describió los planes de la búsqueda de satélites. Citando al doctor Tombaugh, dijo que sería empleado un equipo de telescopios especiales. El artículo había sido escrito antes de que comenzase el proyecto y no había en él alusión alguna a astronaves gigantes. Se decía que la operación era una búsqueda de objetos naturales. Pero la prensa pronto vio en aquello una historia oculta. En White Sands, los oficiales de la Investigación de Materiales sufrieron un diluvio de preguntas. ¿Acaso había satélites desconocidos? ... ¿De dónde habían salido? ... ¿Cuántos eran? ... ¿Había sucedido algo así antes? ...
Al principio los censores comenzaron a actuar, pero el doctor Tombaugh les persuadió de que su actitud no era demasiado inteligente. El 3 de marzo fue hecha pública en White Sands una explicación oficial, aprobada por el Pentágono.

Según Investigación de Materiales, las Fuerzas Armadas estaban buscando pequeñas lunas o «lunitas», objetos naturales que habían llegado del espacio y ahora estaban orbitando la Tierra. No habían sido descubiertos antes ni visualmente ni por el radar porque seguían órbitas cercanas al Ecuador y la escasez de observatorios en esa zona las hacía más difíciles de localizar.
Además, serían necesarias cámaras automáticas especiales de seguimiento que se moviesen a la velocidad de los satélites, porque aquellos objetos que se movían con tanta rapidez daban muy poca luz y las cámaras telescópicas normales no los revelaban. Según explicó el portavoz, la intención de las Fuerzas Armadas era localizar «lunitas» adecuadas que pudieran ser utilizadas como bases espaciales y de lanzamiento de cohetes para la defensa del país.
No se hizo mención alguna de que los satélites desconocidos pudieran ser aparatos controlados por seres inteligentes. La afirmación oficial implicaba que eran objetos similares a los asteroides y que no había nada grave en su existencia.

Era una explicación ridícula, pues resultaba imposible que varios asteroides llegasen del espacio y, sin ningún control, adoptasen las trayectorias precisas para entrar en tales órbitas.
Durante los primeros días el Pentágono sintió el temor de que esta explicación fuese rechazada públicamente. En el Cuartel General de la Fuerza Aérea sentían un temor adicional. Si fracasaba el intento de las «lunitas», quizá surgiese como única alternativa la verdadera respuesta, la de las astronaves. Si así era, esto podría revivir un molesto artículo que hablaba de una posible emigración alienígena a nuestro mundo.
La Fuerza Aérea tenía buenas razones para temer que se diera más publicidad a aquel artículo, ya que había sido escrito por un alto oficial de la Inteligencia de la Fuerza Aérea: el coronel
W. C. Odell. Nadie sabe por qué fue escrito, y lo que aún resulta más asombroso es que fue aceptado por la Seguridad de la Fuerza Aérea... en un momento en que muchos recordaban aún la gran oleada de observaciones de 1952.


Titulado «El planeta Tierra: alojamiento para seres extraterrestres » el artículo comenzaba con estas palabras:
Suponiendo que seres superinteligentes de otro sistema solar estén buscando un planeta aceptable en el que fundar su segundo hogar, ¿por qué iba a ser escogida la Tierra?

El coronel Odell había evitado el melodrama, pero sus mesuradas sugerencias tenían un impacto poderoso. Según su teoría, los seres alienígenas de un planeta moribundo estaban estudiando y observando nuestro planeta para ver si les servía como nuevo hogar, si era un planeta lo bastante similar al suyo propio como para poder sobrevivir en él y perpetuar su raza. El coronel Odell no hacía ninguna indicación de que fuera a ser una ocupación violenta de la Tierra. Pero, si su teoría era correcta, entonces nuestro planeta podría convertirse, pacíficamente o no, en «alojamiento para seres extraterrestres».

Cuando me mostraron este sorprendente artículo en el Pentágono me asombró mucho que hubieran autorizado su publicación. A petición del portavoz para asuntos de OVNI de la Fuerza Aérea, Albert M. Chop, hice que un amigo de Nueva York, director de una revista, leyese el manuscrito. Pero las estipulaciones de la Fuerza Aérea le preocupaban. Odell no debía ser identificado como oficial de la Fuerza Aérea. Ni tampoco debía mencionarse que e! artículo había sido aceptado por la Seguridad de ésta. Lo que más le preocupaba al director era esta aceptación oficial cuando la Fuerza Aérea estaba aún negando públicamente la existencia de los OVNI. Finalmente decidió que no quería arriesgarse a verse envuelto en alguna lucha por e! poder en el Pentágono, a pesar de que era indudable que e! artículo hubiera sido de interés nacional.

Durante las siguientes semanas el manuscrito del coronel Odell fue mostrado a varios miembros selectos de la prensa de Washington. Aparentemente, las restricciones de la Fuerza Aérea también les preocuparon, pues, por lo que sé, jamás fue publicado, al menos no lo fue por ninguna revista o servicio de noticias de ámbito nacional.
Pero los censores de! Cuartel General, que habían sido dejados a un lado por Seguridad en el asunto del artículo de la migración escrito por el coronel Odell, sabían que éste no había sido olvidado. Y si la creciente evidencia sobre astronaves gigantes era hecha pública, era probable que la conclusión de! coronel de Inteligencia fuera relacionada con las noticias, aumentando el riesgo de histeria.

OVNIS sobre el Capitolio, Washington, año 1952
En 1954, nuevos informes tuvieron en tensión a la Fuerza Aérea. El 5 de mayo, dos enormes objetos maniobraron a gran altura sobre Washington, siendo seguidos por el radar del Aeropuerto Nacional. Al siguiente día, el radar de la Armada siguió una enorme máquina que trazaba círculos a 27.000 metros sobre la capital. EI 12 de junio otro aparato gigante (o el mismo) hizo una aparición nocturna, flotando a 24.000 metros de altura sobre Washington y Baltimore. La Fuerza Aérea hizo despegar inmediatamente sus cazas reactores, para que estuvieran dispuestos por si la astronave alienígena llegaba a situarse dentro del radio de acción de sus armas. Durante una hora, el gigantesco aparato mantuvo su gran altura, mientras los reactores de la Fuerza Aérea daban vueltas, impotentes, por debajo. Luego, subió con rapidez hasta perderse de vista. Dos noches más tarde la misma astronave, u otra similar, regresó al área de Washington. Esta vez permaneció allí durante dos horas, maniobrando entre la capital y Baltimore. De nuevo despegaron apresuradamente los reactores de la Defensa Aérea, mientras la costa era puesta bajo alerta total. Pero la máquina alienígena no dio ninguna muestra de hostilidad... ni tampoco ninguna indicación de cuál era su propósito.

Durante casi un mes, esta historia fue mantenida en secreto. Cuando se filtró a los periódicos, la Defensa Aérea admitió la alerta, pero afirmó que los pilotos de los interceptores no habían visto nada. Luego, un piloto de la Fuerza Aérea al que conocía me contó la verdad acerca de aquellas tensas dos horas.
«Ver aquella nave gigante era como una pesadilla. No sé lo que hubiéramos hecho si hubiera descendido hacia nosotros. La sola idea de tener que atacarla me daba escalofríos. Cuando aterrizamos, hablé con los otros dos pilotos... estaban tan aterrados como yo.»
En octubre de 1954 una nueva incógnita apareció en relación con las gigantescas astronaves.

En una declaración de prensa, la NASA dijo que había captado extrañas señales de un objeto desconocido situado en órbita. Poco después, un astrónomo francés reveló públicamente que también él había oído señales de una fuente desconocida que orbitaba la Tierra. Según sus informes no pudo reconocerse ningún mensaje.

Para la Fuerza Aérea, los informes sobre espacionaves gigantes eran especialmente alarmantes a causa de! pánico que podían despertar. Si bien los habituales informes sobre OVNI habían causado inquietud en algunas ocasiones, eran mucho menos ominosos. Pero las enormes espacio naves podían albergar un gran número de seres alienígenas. Y, aunque no había prueba de ello, el público podía creer que las gigantescas máquinas eran parte de un plan de invasión.

Para la mayoría de los analistas, tanto en la Fuerza Aérea como en el NICAP, las evidencias parecían inclinarse en contra de la hostilidad. Durante la larga observación hecha por los OVNI, la mayor parte de contactos no habían producido ningún daño. Y las astronaves gigantes no habían mostrado hostilidad alguna durante sus poco frecuentes visitas. Si se pretendía efectuar un ataque, ¿por qué los siete años de espera desde las primeras observaciones masivas de 1947? No se podía ignorar la posibilidad de que se produjera un acto hostil, pero en siete años debería haber surgido alguna indicación de ello. Sin embargo, todo esto estaba basado en la lógica humana, y existían razones para creer que los alienígenas tuvieran algún propósito muy diferente.

Por desgracia, la censura había incrementado el peligro de que se produjese la alarma pública a causa de la creciente sospecha de que había algo terrible tras todo aquel secreto.

En 1955, los censores fueron atacados muy duramente por el columnista sindicado Stewart Alsop. A través de fuentes situadas en cargos muy elevados de los departamentos gubernamentales, entre los que se incluía el Consejo Nacional de Seguridad, Alsop se había enterado de la verdadera razón de las operaciones de detección de satélites. En aquel tiempo, al primer proyecto White Sands se le había añadido otro nuevo en Monte Wilson. En su columna, que era difundida a escala nacional, Alsop reveló la intensa búsqueda de satélites artificiales. Su descubrimiento de la falsedad de la explicación de las «lunitas» irritó a altos oficiales del Pentágono y del Consejo Nacional de Seguridad (NSC). En una posterior columna, Alsop informó que el secretario del NSC, Cutler, estaba tan furioso que los amigos íntimos del periodista que trabajaban en el NSC tenían miedo de ser vistos por él.

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Observatorio Smithsoniano de Cambridge, Massachussets.
Para evitar cualquier otra filtración grave, se incrementó la censura referente al «barrido del cielo», al mismo tiempo que aumentaban los intentos por suprimir la información referente a las astronaves gigantes. Pero, en 1960, se confirmó un caso importante, a pesar de los censores.
El 25 de agosto un misterioso satélite fue visto y seguido durante varios días. Fue fotografiado por la Corporación Aeronáutica Grumman, y todos los esfuerzos por explicar las fotos resultaron fútiles.
El 18 de mayo de 1961 fue descubierto otro misterioso objeto en órbita. La información sobre el mismo llegaba, sorprendentemente, del Observatorio Smithsoniano de Cambridge, Massachussets, que trabaja en muy estrecha unión con la Fuerza Aérea para operar una red mundial de estaciones de seguimiento. «El satélite fue descubierto por primera vez en Júpiter, Florida», dijo un portavoz del Smithsoniano a la prensa. Describiéndolo como «un satélite inesperado e inusitadamente brillante», afirmó que podía ser visto a simple vista, si se daban las condiciones adecuadas. «Hemos pedido a las estaciones de seguimiento de satélites situadas por todo el mundo que nos ayuden a seguirle la pista», afirmó el portavoz. La Smithsoniana también alertó su red de cámaras telescópicas de alta potencia para que descubriesen y fotografiasen el desconocido objeto en órbita. A finales de los sesenta e! Consejo de Ciencia Espacial anunció un programa para acelerar la búsqueda de vida extraterrestre.

De acuerdo con esto, la NASA inició sus preparativos para lanzar una espacionave no tripulada equipada con artefactos automáticos de observación y valoración, para que efectuase un viaje de once años por el sistema solar. Se espera que durante este tiempo observe y fotografíe Venus, Marte, Júpiter y los otros planetas solares, enviando una gran cantidad de información a estaciones espaciales situadas en la Tierra. El equipo robot comprobará constantemente todas las fases de la operación, llevando a cabo los ajustes necesarios y reemplazando las partes averiadas. El propósito más importante de esta astronave automática de observación será tratar de hallar áreas habitadas y enviar fotografías a la Tierra, incluyendo, si es posible, fotos de los seres alienígenas que vivan en tales zonas. Aun antes de esto, algunos investigadores del asunto de los OVNI suponían que las astronaves gigantes eran aparatos de observación espacial, y el programa de los once años de viaje causó un nuevo estudio de esta posibilidad.

Si se trataba de una raza técnicamente avanzada, era indudable que aquellos enormes aparatos de observación llevarían un equipo adelantadísimo de fotografía, cartografía y captación y grabado de transmisiones de radio y televisión, así como otros artefactos posiblemente desconocidos para nosotros. Era casi seguro que estarían conectados con supercomputadoras para efectuar rápidas valoraciones de toda la información y fotografías obtenidas.

Y aunque la mayor parte de esas operaciones fueran automáticas, era poco probable que unas astronaves tan gigantescas fueran lanzadas en misiones importantes sin una tripulación que vigilase el equipo de observación y se enfrentase con las emergencias que pudieran surgir. Tal tripulación podía incluir alienígenas experimentados con la capacidad de tomar importantes decisiones finales, después de estar enviando constantemente la información de lo descubierto a su planeta de origen. O quizá tuvieran primero que recomendar decisiones y acciones a los seres que controlasen su mundo. Esto podría significar una larga pausa antes de que la tripulación de la espacionave pudiera actuar.

Para llevar a cabo una vigilancia larga y detallada, como presumiblemente exigía la observación de nuestro mundo, era lógico que las enormes naves llevasen discos voladores u otros tipos de OVNI para sus observaciones a baja altura. Las máquinas de tamaño medio podían llevar tripulantes, mientras que las más pequeñas quizás estuvieran controladas a distancia. Muchos casos documentados de los que tenemos noticia han demostrado que, frecuentemente, las astronaves de gran tamaño lanzan vehículos más pequeños, que luego son recuperados con rapidez y precisión.


URSS

En 1952, la tripulación de un bombardero de la Fuerza Aérea siguió una formación de OVNIs que iban a 8400 km por hora, durante un vuelo de prácticas sobre el Golfo de México. Otra formación surgió por detrás del bombardero, disminuyó su velocidad para acompañar al aparato, y luego aceleró bruscamente hacia adelante, hacia una enorme nave que había aparecido de pronto en el radar del bombardero. Al cabo de unos segundos los OVNI más pequeños se habían unido, en el radar, con la nave gigante. Evidentemente, aquello era una cita preconcertada para recoger los aparatos pequeños. Tan pronto como estuvieron a bordo, la enorme nave madre aceleró a una velocidad de casi 15000 kilómetros por hora y desapareció de la pantalla.

El informe del Golfo de México me fue facilitado a principios del 53, antes de que la CIA se encargase del asunto y aumentase la censura. El informe de la Fuerza Aérea, que me fue entregado con un permiso oficial de transmisión, firmado, admitía que no había ninguna explicación convencional para el asunto. Posteriormente, los ingenieros de radar calcularon el tamaño de la nave madre, mediante la indicación del gran eco que había producido en la pantalla de radar del bombardero. Según su estimación, la gigantesca nave tenía al menos 360 metros de largo. Este es sólo uno de los muchos informes confirmados de grandes naves madres o de transporte, que han sido observadas visualmente o seguidas por el radar durante la vigilancia de nuestro mundo efectuada por los alienígenas.

Pero, a pesar de toda esta detallada evidencia sobre los OVNI, aún no ha sido descubierto el propósito de los alienígenas.
Para algunos investigadores, la explicación más razonable es la necesidad de los alienígenas de emigrar a otro planeta. En algún lejano futuro, los habitantes de la Tierra se enfrentarán con este urgente problema, tal como nos indican los científicos. En ese lejano futuro, la Tierra puede perder su oxígeno, puede enfriarse cuando disminuya el calor del Sol, o puede volverse increíblemente calurosa por una expansión del mismo. El hombre puede intentar sobrevivir construyendo ciudades subterráneas con atmósfera y temperatura controladas, o puede tratar de escapar a otro planeta que no sea muy diferente de la Tierra.

Tal como ya se ha dicho, una emigración en masa no es algo que siga siendo considerado como un sueño de ciencia ficción. Algunos planificadores muy serios creen que la superpoblación la hará inevitable. Según una predicción de Andrew Halley, antiguo alto cargo de la American Rocket Society, quizá llegue el día en que gigantescas astronaves transporten seres humanos a Marte o a otro planeta en que sean construidas colonias.

Si nosotros podemos conseguirlo, ¿por qué no iba a ser capaz de hacerlo también una raza espacial avanzada, llevando a cabo una migración espacial si su planeta se veía amenazado? Sería una tarea compleja y difícil, incluso para una raza técnicamente avanzada. Podrían necesitarse años para completar la exploración, para asegurarse de que podrían vivir sin grandes dificultades en el planeta elegido. Y si este planeta estuviera ya habitado, quizás el problema de aterrizar sin hacer uso de la fuerza, ajustándose a una raza diferente, podría llegar a ser irresoluble. Pero si no se pudiera hallar un planeta más adecuado, quizá los alienígenas decidiesen que no tenían otra elección.

No existen pruebas de que la emigración sea la explicación al problema de los OVNI, pero, si así fuera, ¿cuál es el origen más probable de esos alienígenas y sus gigantescas espacionaves? También desconocemos la respuesta a esto. Algunos científicos creen que tendrían que venir de fuera de nuestro sistema solar. Otros piensan que quizá sean originarios de uno de los planetas de nuestro Sol... o que los alienígenas han establecido una base en uno de estos planetas.

Allá en 1948, los científicos del Proyecto Sign discutieron minuciosamente este problema. Sus opiniones fueron mantenidas en secreto hasta el27 de abril de 1949, cuando la Fuerza Aérea dio este resumen a la prensa:

Desde que por primera vez aparecieron los platillos volantes en las noticias de prensa, hace casi dos años, ha existido una amplia especulación acerca de que este fenómeno aéreo pudiera ser, en realidad, algún tipo de penetración desde otro planeta.
En realidad, los astrónomos están en general de acuerdo en que sólo otro miembro del sistema solar, aparte de la Tierra, puede albergar vida. Se trata de Marte. No obstante, incluso Marte parece ser relativamente desolado e inhóspito, de modo que una raza marciana estaría más ocupada por su supervivencia de lo que es necesario en la Tierra.
En Marte existe una pérdida, muy lenta, de la atmósfera, el oxígeno y el agua, contra la que quizá se hayan protegido los seres inteligentes, si es que allí existen tales, efectuando un control científico de las condiciones físicas. Según especulan los científicos, esto podría haber sido logrado mediante la construcción de casas y ciudades subterráneas, ya que allí la presión atmosférica sería mayor y, de este modo, se reducirían las temperaturas extremas. Naturalmente, existe la posibilidad de que la evolución haya producido un ser que pueda soportar los rigores del clima marciano, como se puede dar la posibilidad de que tal raza, si es que alguna vez existió, haya perecido ya.

Con anterioridad, los chistes y caricaturas en los que aparecían marcianos de extraño aspecto, se habían hecho bastante populares, y, de algún modo, la afirmación de la Fuerza Aérea dio un impulso adicional a esta tendencia. Aun hoy en día, la idea de la posibilidad de que exista vida en Marte hace reír a mucha gente. Pero quizá muchos se sorprendiesen si conociesen las sobrias opiniones de ciertos científicos muy respetados, entre los que se incluyen los planificadores de la NASA.

En 1963 un alto cargo de la NASA asombró a los miembros del Instituto de Ciencias Aeroespaciales con una afirmación acerca de Fobos, la luna marciana. Se trataba de Raymond H. Wilson, jefe de Matemáticas Aplicadas.

Marte y sus dos satélites, Fobos y Deimos
Según dijo Wilson a los científicos, la luna Fobos podía ser, en realidad, una colosal base espacial en órbita alrededor de Marte. Dando a conocer que la NASA estaba considerando muy seriamente esta posibilidad, Wilson también reveló que la Administración Espacial tenía planes para enviar sondas especiales que suministrarían la respuesta a este problema. Según dijo, Fobos llevaba mucho tiempo siendo un enigma a causa de su peculiar órbita, que parecía violar las leyes naturales.

En 1959 un científico soviético, el doctor I. S. Shklovsky, anunció que Fobos era un satélite artificial, basando sus conclusiones en cálculos efectuados por el Observatorio N aval de los Estados Unidos. Según afirmó, Fobos estaba siendo frenado por el rozamiento electromagnético y la fricción de las mareas más de lo que era presumible para una verdadera luna sólida. La explicación estribaba en que Fobos era una esfera hueca, una enorme astronave esférica construida para albergar una colonia que tuviera que escapar de Marte cuando el planeta comenzase a perder su atmósfera.

Dado que Fobos tiene 16 km de diámetro, el análisis ruso asombró a muchos científicos y dio origen a una violenta Controversia. Pero las observaciones, que luego motivaron la decisión de la NASA, convencieron a otros científicos y expertos espaciales, entre los que se encontraban el doctor Fred Singer, jefe de los consejeros espaciales del presidente Eisenhower, el profesor James A. Harder de la Universidad de California y Wells Alan Webb, ambos respetadas autoridades en lo referente a Marte.

La decisión de la Administración Espacial de investigar Fobos estaba basada en su extraña órbita, según dijo Raymon Wilson a los científicos aeroespaciales. Fobos órbita alrededor de Marte más de prisa de lo que el planeta gira sobre su eje, fenómeno que no podría tener un origen natural. Fobos es el único satélite del sistema solar que gira más de prisa que su planeta. Su período es un tercio de la rotación de 25 horas que tiene Marte.


Fobos, satélite de Marte
Si se descubre que Fobos está hueco, se puede esperar que los astronautas terrestres lo aborden y entren en él tan pronto como resulte posible. Si fue construido para albergar una colonia de Marte, estará sellado para impedir que se escape su atmósfera artificial, y es de suponer que será un pequeño mundo, equipado con todo lo necesario para la supervivencia de los colonos. Naturalmente, tal gigantesca estación espacial tendría que haber sido construida con secciones llevadas desde Marte por naves lanzaderas.

Fobos fue observado por primera vez por un astrónomo en 1877, hace casi cien años. Según el doctor Shklovsky, quizá fue construido mucho antes, así que la posibilidad de encontrar vida a bordo podría ser muy pequeña. Pero los miembros de la colonia pudieron haber efectuado viajes con naves lanzaderas a Marte, construyendo allí refugios permanentes en los que pudieran vivir con seguridad. Estos podrían consistir en ciudades subterráneas, tales como las que sugería la Fuerza Aérea en su cita de 1949 sobre lo deliberado por los científicos del Proyecto Signo. O podrían ser grandes bases bajo domos, en la superficie del planeta.

En 1962 el doctor Ernst J. Opik, un astrofísico de primera fila, hizo públicas evidencias en pro de esta segunda posibilidad. En el ecuador de Marte había sido descubierto un enorme bulto no natural, tras meses de observaciones efectuadas por los famosos astrónomos Trumpler, Muller y otros siete igualmente experimentados. Antes de confirmar su descubrimiento, los astrónomos habían comprobado cuidadosamente sus observaciones, utilizando diferentes métodos para eliminar la posibilidad de que se tratase de una ilusión óptica.
«Hay muchas cosas que nos sugieren -dijo el doctor Opikque el bulto ecuatorial de Marte es hueco, una especie de techo construido por los marcianos que vivieron, o aún viven, ocultos bajo el mismo, tal vez disfrutando de los beneficios de un clima y una atmósfera acondicionados artificialmente.»

Las fotos de los Mariner de la NASA han sido tomadas desde una distancia demasiado grande de Marte para poder mostrar el citado bulto. Pero si Opik y los otros nueve astrónomos tienen razón, entonces quizá nuestros astronautas encuentren algún día un mundo oculto bajo un enorme domo en el ecuador marciano.

Incluso quizás unas fotografías tomadas más de cerca por un Mariner no podrían darnos una respuesta definitiva. Según Bart J. Slattery, jefe de asuntos públicos del Centro de Vuelos Espaciales George C. Marshall, quizá tengamos que esperar al aterrizaje de los astronautas: «Es probable que sólo podamos saberlo con seguridad cuando lleguemos allí. »

Igualmente, varias observaciones asombrosas esperan también una explicación. En 1949, el doctor Tsuneo Saheki, la famosa autoridad japonesa sobre el planeta rojo, vio una tremenda explosión en Marte. Su sugerencia, también aceptada por otros astrónomos distinguidos, fue que una bomba atómica había estallado, ya fuera por accidente, o bien en una prueba hecha por una raza marciana muy avanzada.

Durante las aproximaciones de Marte a la Tierra, cada 26 meses, han sido observadas por muchos astrónomos misteriosas nubes y cambios de color en la superficie del planeta.

Uno de los enigmas mayores es el que concierne a los llamados «canales» de Marte. Durante muchos años, numerosos astrónomos de renombre han informado haber visto una trama geométrica de líneas, una red que insistieron que no podía ser accidental. Algunos otros habían informado acerca de áreas bastante grandes, denominadas «oasis», en donde se produce la intersección de las líneas. Se ha sugerido que las líneas son canales que llevan agua desde las cascadas polares, cuando se produce su fusión, y que los oasis son ciudades marcianas o estaciones de bombeo. Otros astrónomos rechazan esta hipótesis, diciendo que son puras tonterías y explicando los «canales» como fisuras en la superficie (a pesar de su trazado geométrico) y los «oasis» como puntos en los que han hecho impacto meteoritos.

En 1954, cuando Marte se acercó de nuevo a la Tierra, fue establecido un Comité Internacional de Marte, con la cooperación de la revista National Geographic. La «Patrulla Marciana» captó la imaginación del público. Los artículos de prensa y las noticias de las emisoras revivieron la cuestión de la vida inteligente en el planeta rojo, citando a astrónomos bien conocidos.

El doctor Robert S. Richardson, el experto marciano en el Observatorio del Monte Palomar, dijo que las nuevas fotografías debían mostrar si los canales eran reales o no. Si lo eran, entonces probablemente habían sido construidos a lo largo de arcos de círculos máximos: la distancia más corta entre dos puntos sobre la superficie de una esfera.
«Si las fotografías muestran que los canales siempre se hallan a lo largo de arcos de círculos máximos, sería una indicación de que son obra de seres inteligentes. Es concebible que alguna forma de vida bastante diferente de la nuestra se haya desarrollado en Marte», declaró el doctor Richardson.

El doctor Fred C. Whipple, presidente del Departamento de Astronomía de Harvard, estuvo de acuerdo en la cuestión de la vida en Marte. «Nuestro tipo de vida no es muy probable que se dé allí. Pero podría haber una forma de vida diferente... una forma de la que no sabemos nada.»
La inesperada publicidad causó un problema en el Cuartel General de la Fuerza Aérea, ya que no tenía ningún control sobre el Comité Marciano... al menos oficialmente. Y, en abril, la revista Reader's Digest, habitualmente conservadora, aumentó sus problemas con un artículo titulado: « ¿Hay vida en Marte?»

En lugar de unos seres diferentes y de extraño aspecto, el Digest decía que los marcianos podían ser seres inteligentes similares a los humanos. Estaba de acuerdo en que Marte había perdido la mayor parte de su atmósfera, pero decía que, a medida que el contenido de oxígeno disminuía, sus habitantes podían haber aprendido a producirlo y también a controlar el problema de la temperatura (tal como había afirmado la Fuerza Aérea con anterioridad al sugerir ciudades subterráneas).

Marte
Describiendo las largas investigaciones de Percival Lowell, el creador del Observatorio Lowell, el artículo del Digest citaba su convicción de que Marte, que estaba perdiendo lentamente su dotación de agua, era un planeta moribundo. Luego, seguían las palabras que preocuparon a los censores de la Fuerza Aérea:
«Y, probablemente, los marcianos, una raza inteligente, estén buscando con desesperación febril otros planetas a los que poder emigrar. Y la Tierra es su vecino más cercano y adecuado.»

Aquel mismo mes, los periódicos estadounidenses citaban a un conocido experto francés en Marte, el doctor Gerard de Vaucouleurs, uno de los astrónomos de la Patrulla Marciana que iban a estudiar el planeta desde el observatorio australiano de Monte Stromlo. En su entrevista para el Post australiano, el doctor De Vaucouleurs afirmó: «Hay algo asombroso en Marte. ¡Si algún día pudiéramos concluir que se trata de una actividad desarrollada por mentes pensantes que habiten Marte, qué prodigioso impulso causaría en el pensamiento humano!»
En un escueto comentario, el Post añadía: «Esto no es sólo una búsqueda científica de información académica. También es una búsqueda de posibles enemigos procedentes del espacio.» El jefe del Comité Marciano era el doctor E. C. Slipher, del Observatorio Lowell, la más grande autoridad en Marte.

La Fuerza Aérea ya estaba muy preocupada por el gran número de expertos en Marte que intervenían en aquel asunto: astrofísicos, astrónomos y meteorólogos prominentes de dieciséis países. En la conferencia final efectuada en Washington, el doctor Slipher les dijo a los periodistas que los miembros de la "Patrulla» llevarían a cabo una vigilancia de Marte que duraría las 24 horas del día y sería efectuada por todo el mundo. Serían ofrecidos numerosos boletines de noticias... diariamente, si se producían descubrimientos de importancia.
-¿Qué pasará si encuentra pruebas de que hay vida en Marte? -le preguntó al doctor Slipher un periodista.
-¡Se lo anunciaré al mundo! -contestó éste.
La noticia produjo desaliento entre los censores de la Fuerza Aérea. Los boletines diarios podían ir creando una febril excitación acerca de Marte... en el peor de los momentos. Cada vez que Marte se había aproximado a la Tierra, desde 1948, se había producido un gran estallido en las observaciones de OVNI. Permitir que los boletines de la Patrulla Marciana apareciesen en aquel momento sería correr un riesgo peligroso. Debía bloquearse el plan publicitario de Slipher. Aún sigue siendo un secreto cómo se logró... pero lo cierto es que no apareció ni un solo boletín de la Patrulla de Marte.

Exactamente tal como habían temido los censores, comenzó una oleada de observaciones en cuanto Marte se aproximó a la Tierra. Llegaban informes de todo el país, y del extranjero. La tragedia de Walesville, las cuasicolisiones con aeroplanos, las terroríficas persecuciones de coches llegaban diariamente a las noticias. Pero no se supo nada de los descubrimientos de los astrónomos hasta que la Patrulla hubo terminado.

La sonda espacial Mariner 4
A través del National Geographic me enteré de la respuesta vital que el doctor Slipher había transmitido: Los canales seguían arcos de círculos máximos.

Pero no se hizo pública ni una sola palabra de todo esto. A pesar de la determinación del doctor Slipher de anunciar sus descubrimientos al mundo, éstos fueron censurados.
En julio de 1965, el Mariner IV tomó fotos que mostraban «canales» rectos. Esto fue negado al principio en el Laboratorio de Propulsión por Cohetes, que controla para la NASA las operaciones con Mariner. Pero más tarde el jefe de Laboratorio, el doctor William Pickering, admitió que los canales habían sido fotografiados. Su existencia en las películas fue confirmada por el doctor Clyde Tombaugh, y al NICAP le fueron mostradas copias por otro experto en Marte, el doctor Frank Salisbury.
Pero aún sigue en pie la controversia. Al final, quizá toda la evidencia sea demostrada falsa, de algún modo. O tal vez sea correcta, y entonces tendremos que enfrentarnos con el problema de una raza avanzada en nuestro vecino planeta rojo.
Mientras tanto, prosigue el misterio de las espacio naves gigantes. Poseemos pruebas de su existencia. Necesitamos con urgencia saber el propósito que ha traído esos formidables navíos hasta aquí, para observar nuestro mundo.

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Avistamiento de OVNI con forma de V en China.  (PARA VISIONAR EL VÍDEO DAR DOS VECES PLAY)


Para finalizar con esta exposición sobre naves gigantes detectadas en nuestro planeta, he incluido un artículo publicado en la revista Año Cero dirigida por el magistral Enrique de Vicente

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De la revista AÑO CERO Nº 12-305



OVNIS GIGANTES

“Enormes esferas surgiendo de las profundidades del mar e interaccionando con las tripulaciones de los barcos. OVNIS con forma de cigarro tripulados por decenas de humanoides. Objetos No Identificados del tamaño de dos campos de futbol… Los ejemplos de artefactos supuestamente extraterrestres y con dimensiones extraordinarias son muy abundantes en la causistica ufologica, particularmente la de EEUU. Y no son pocos los investigadores que afirman que la Tierra está siendo visitada por naves nodriza alienígenas cuyos tripulantes ocultan oscuras intenciones.

(Texto: Vicente Fuentes).

Viajamos al Golfo Pérsico, concretamente a la noche del 15 de mayo de 1879. Mar en calma, a 26 grados y 26 minutos de latitud Norte y 53 grados y 11 minutos de longitud Este navega el buque Vulture. Su comandante, J. E. Pringle, deambula inquieto mirando el horizonte. Momentos antes, varios marineros han alertado de la presencia de extrañas luces en el agua. El capitán está atento. Al poco tiempo, una serie de ondas aparentemente submarinas comienzan a rodear el barco ante el estupor de la tripulación...

Según detalla Charles Fort en El libro de los condenados,  Pringlee observó cómo dos gigantescas «ruedas luminosas», con más de 40 metros de diámetro cada una, comenzaron emerger lentamente, girando sobre mismas pero manteniéndose estáticas a ambos lados de la proa del Vulture.  El suceso se prolongó durante aproximadamente treinta minutos, tiempo en el que los objetos no se separaron del casco del buque, hasta que, finalmente, desaparecieron de forma súbita. Menos de una década después, concretamente a las 00:00 hs del 12 de noviembre de 1887 y en Newfoundland, frente a Cape Race -aguas jurisdiccionales de Canadá-, los tripulantes del navío SS.Siberian fueron testigos de otro insólito incidente, también en alta mar ...

Según las descripciones de varios marineros, una inmensa «esfera llameante» -los testimonios coinciden en que debía medir unos 200 metros de diámetro-emergió repentinamente de las aguas para situarse a unos quince metros sobre las olas, donde aparentemente «flotaba». Instantes después, comenzó a realizar espectaculares vuelos rasantes en las inmediaciones del barco, hasta perderse a gran velocidad y en dirección suroeste apenas transcurridos cinco minutos desde su aparición.


«CIGARROS» Y HUMANOIDES

Continuando con este repaso histórico a las apariciones de colosos volantes, nos centramos ahora en un fascinante caso descrito en Pasaporte a Magonia por el célebre astrofísico y ufólogo pionero Jacques Valleé. El protagonista del incidente fue Alexander Hamilton, un campesino residente en la localidad de LeRoy, en el Estado de Kansas (EE UU), quien, a las 22:30 hs del 19 de abril de 1897, se despertó de repente alertado por los insistentes relinchos que provenían de los establos de su propiedad Inquieto por la persistencia de los ruidos, Hamilton se vistió a toda prisa y se dispuso a salir acompañado por su hijo.

Apenas había cerrado la puerta de su casa cuando, al mirar en dirección a los establos, algo en el cielo captó su atención. Atónito, observó un inmenso objeto con forma de cigarro y más de 100 metros de longitud que permanecía estático casi a ras del suelo.

ASPECTO REPUGNANTE

Como quiera que su curiosidad venció al miedo, Hamilton y su hijo avanzaron unos pasos para ver mejor el artefacto, pudiendo advertir que el fuselaje del objeto, con tonos metálicos, tenía unas franjas estrechas y de color rojo que lo recorrían de extremo a extremo. Además, estaba dotado de una cabina transparente en su parte inferior, junto a la cual una especie de reflector parecía enfocar mediante ráfagas un punto concreto del terreno. Al aproximarse aún más, el campesino observó con espanto que dentro del aparato seis humanoides «de aspecto repugnante» se concentraban en arrastrar una becerra al interior de la nave. Tras culminar la impactante maniobra, el objeto se perdió finalmente en la inmensidad del cielo a una velocidad increíble, dejando tras de sí un inconfundible olor a azufre y el cadáver de una infortunada res que presentaba terribles heridas y mutilaciones. Curiosamente, cuatro días antes, a 600 kms al norte de LeRoy, en la pequeña localidad de Linn Grove, en el estado de lowa (EE.UU.), un objeto muy similar al descrito por los Hamilton fue avistado por cinco rancheros.

James Evans, David Evans, Joe Croaskey, Benjamín Bulan y F. G. Ellis -sus nombres-charlaban en un campo cercano a dicha población cuando, a menos de 700 cómo un, enorme artefacto con forma de cigarro y dotado de cuatro apéndices descomunales se dirigía hacia ellos, deteniéndose tan cerca que pudieron distinguir en su interior a dos humanoides con cabello largo que parecían querer ocultarse de las miradas de los testigos.

¿Presenciaron el mismo objeto lo vecinos de LeRoy y Linn Grove? ¿Qué hacían aquellos misteriosos humanoides en estos casi inhabitados parajes el centro de EEUU?

Sin movernos de Norteamérica, cambiamos de siglo y visitamos Ohio para detenernos en otro caso impactante ocurrido sobre una pequeña población, Norwood.
EI19 de agosto de 1949, el reverendo Gregory Miller decidió usar el proyector de luz de ocho millones de bujías -que le había cedido el ejército de EE UU-para animar el carnaval veraniego de Norwood. Aquella noche, con la ayuda del sargento Donald R. Berger, Miller encendió el artefacto para deleite general, hasta que, en un momento dado, algo se interpuso entre el proyector y las estrellas. Ese «algo» era un objeto gigantesco, con al menos 3.000 metros de diámetro, lo que sigue constituyendo todo un récord en la casuística del fenómeno. La sorpresa general y los gritos de júbilo fueron en aumento, llegando a su cénit en el momento preciso en que el misterioso artefacto desapareció en un abrir y cerrar de ojos, ante las atónitas miradas de los vecinos de Norwood.


OVNIS SOBRE TEXAS

Desde ese día y hasta el 10 de marzo de 1950, tanto el reverendo como el sargento Berger llegaron a registrar más de veinte avistamientos en alturas que comprendían desde los 3.000 a los 8.000 metros, según las informaciones publicadas por Leonard H. Stringfields, editor de la revista Orbit Magazine, quien explicó que el objeto descrito por Miller y Berger tenía forma de disco muy brillante y blanquecino, que en ocasiones aparecía rodeado por objetos similares pero mucho más pequeños. Además, Stringfields relató que los incidentes de Norwood fueron participados a los oficiales responsables de la base militar de Wright Patterson, institución vinculada al fenómeno OVNI desde 1947




Dos años después del incidente de Norwood, concretamente el 25 de agosto de 1951, la ciudad texana se convirtió en noticia a nivel nacional gracias a uno de los avistamientas más célebres de la ufología de EE UU, cuyos protagonistas, tres ingenieros que daban clase en el Texas Technological College (actualmente Texas Tech University), describieron los hechos con una coherencia y detalle especialmente llamativos. Según su relato de lo ocurrido, aproximadamente a las 21:00 hs de aquel día, mientras los tres charlaban despreocupadamente en el Jardín del domicilio de uno de ellos, algo llamó su atención en el despejado cielo nocturno de Lubbock. Se trataba de una serie de extrañas luces -entre 20 y 30, muy luminosas y bastante más grandes que una estrella convencional-que parecían volar en perfecta formación o, tal vez, formaban parte de un objeto mucho mayor -gigantesco de hecho-con forma de ala delta.

En cualquier caso, mientras los docentes -W. L. Ducker, A. G. Oberg y W. I. Robinson-discutían sobre la naturaleza del fenómeno y acordaban atribuirlo a un simple suceso meteórico, una nueva flotilla de OVNls, prácticamente idéntica a la anterior, volvió a pasar sobre sus cabezas, desbaratando la explicación convencional que acababan de asumir. Ahora tenían claro que aquello no era normal y, de hecho, al día siguiente contaron lo sucedido a un periodista del diario local Lubbock Avalanche Journal.

Curiosamente y para sorpresa del redactor de la noticia, a las pocas horas de haberse distribuido el periódico, recibió la llamada de varias personas que habían observado las hoy conocidas como «Luces de Lubbock», entre ellas la del profesor Carl Hemminger, que impartía  clases de alemán en el Texas Tech. No obstante, lo que verdaderamente dio fama a este incidente fue que  no se trato e un solo avistamiento, sino que los misteriosos objetos volvieron a aparecer en días sucesivos y, afortunadamente, Ducker, Oberg y Robinson fueron nuevamente testigos de los mismos. Dada su formación, a los ingenieros no les resultó difícil establecer varios parámetros científicos en relación con las “luces”, para lo cual contaron con la  ayuda de otros dos profesores del  mencionado college. Así, concretaron que los objetos eran de color verde azulado, aparecían a unos 600 metros sobre el suelo y volaban a una velocidad de 970 km/h.

2007 EL AÑO DE LOS GIGANTES

El 14 de mayo de 2007, en la ciudad alemana de Kelsterbarch, entre la una y las dos menos diez de la mañana, dos testigos relataron que pudieron ver un objeto volador no identificado sobrevolando los terrenos que eran propiedad de uno de ellos.
En un principio, observaron lo que parecía ser una gran nube que parecía “haber tomado tierra de repente”, y que se habría materializado espontáneamente delante de ellos en cuestión de segundos. Cuál fue su sorpresa al observar cómo aquello comenzó a transparentarse, en tanto que diferentes luces  de pequeño tamaño comenzaban a emerger desde la base del objeto, al mismo tiempo que este proyectaba una luz muy potente de color plateado. Al poco rato, los testigos se maravillaron al observar como el objeto había tomado forma definitivamente, mostrando una superficie metálica y pulida de unos 240 metros de largo por 25 de ancho. A los pocos segundos de aquel impresionante evento, ambos presenciaron cómo el objeto (tan largo como tres aviones Airbus A380 uno detrás de otro), volvía a envolverse en una nube de vapor, tal y como sucediera en el avistamiento de Viborg, en Dinamarca, en 1974.


EL INCIDENTE R7V-2

Existe un incidente ocurrido en 1956 que pone de manifiesto la importancia que concedía a este tipo de sucesos el gobierno de EE UU, y que fue protagonizado por el capitán James Taylor cuando se encontraba sobre el océano Atlántico a bordo de un avión RN-2 en ruta hacia la Base Aérea de Patuxent, en Maryland, a una altura de 7000 metros…

La noche, fría y clara, con una visibilidad perfecta. De pronto, el experimentado oficial observó en el mar una serie de luces dentro de una estructura circular (de forma similar a las fotografiadas en la carretera interestatal de Connecticut en el año 1985), con «un tamaño similar a un pueblo entero», según las declaraciones publicadas en Flying Saucer Review en 2004.

Taylor, que había realizado este trayecto más de 200 veces, no daba crédito a lo que observaban tanto él como su tripulación a través de las ventanillas del avión: un colosal objeto que, además de no dar eco en los radares, no emitía ningún tipo de señal de radio identificable por el avión de la Lockheed En suma, un OVNI imposible que, además, se dirigía irremediablemente hacia su posición, para espanto de la tripulación. Calculando las trayectorias y prácticamente esperando un inminente choque fatal, finalmente el objeto, de 150 metros de diámetro (dos veces lo que mide un avión 747) y con forma de dos platos (uno sobre otro), se ladeó para evitar el colapso con el avión y dejó la escena a la asombrosa velocidad de 3.714 km/h.

¿Había emergido justo en ese momento para establecer un contacto visual con la tripulación de aquel avión militar) ¿ Qué tipo de energía usaría un aparato de tales características? Uno de los puntos interesantes de este avistamiento es el extraño efecto óptico que tenía el fuselaje externo del mismo, extremadamente pulido, como un espejo, y similar al del caso «Joanna C.» ocurrido en Carson City en 1966 y publicado por la Mutual  Ufo Network el 5 de marzo de 2015.

En aquel suceso, dos niñas de siete años presenciaron el descenso y posterior despegue de un aparato similar al del caso Taylor, con un diámetro considerablemente inferior, pero aún así midiendo más de 30 metros de largo. El momento del encuentro y su curioso movimiento en zigzag en el ascenso quedaron inmortalizados en un cuadro al óleo que ha permanecido oculto a la opinión pública durante más de 50 años, hasta que decidieron que un avistamiento tan idílico no merecía caer en el olvido.
Dentro de la casuística OVNI internacional, destaca una curiosísima fotografía -publicada en la revista Life-de un artefacto multicolor que fue captado el 2 de agosto de 1965 en Tulsa, Oklahoma, y que pasa por ser una de las mejores pruebas de la historia en el inquietante ámbito de los OVNIs gigantes.



IMÁGENES PARA LA HISTORIA

El protagonista en este caso fue un hombre llamado A. L. Smith, un ingeniero especializado en turbinas y motores de aviones a reacción que trabajaba en la compañía American Airlines y quien, acompañado de su hijo Alan de 14 años de edad y de tres testigos más, pudo fotografiar un objeto que se movía pausadamente a unos 600 metros de altura sobre los cielos de la misma localidad. Casi posando para la fotografía, aquel OVNI, cuyo diámetro se estimó en más de 50 metros, huyó de improviso tras quedar inmortalizada su imagen en un filme del tipo ASA
64. Una auténtica maravilla de toma que a día de hoy sigue siendo controvertida por su calidad y nitidez.
Dos años después, concretamente el 4 de octubre de 1967, ocurrió el incidente Shag Harbour, en Nueva Escocia (Canadá), en donde diferentes testigos de esta pequeña localidad pesquera observaron cómo un objeto de 300 metros se sumergía en las aguas más próximas a la costa con una espectacular hilera de luces que iluminaban toda la bahía. Según publicó al día siguiente el diario Hallifax Chromde Herald, aquel objeto que acabó desplazándose por el fondo oceánico fue perseguido por submarinos de nacionalidad norteamericana y soviética...

En este tour por los monstruos tecnológicos del fenómeno, no podíamos olvidarnos del OVNI con forma de cono aterrizado en Maniwaki, también en Canadá, en el otoño de 1972, con 21 metros de alto y 25 de ancho, unas curiosas esferas en el fuselaje externo del anillo y unas proporciones similares al «trompo volante» visto en Cocoyoc, México, en 1973, y a las «peonzas flotantes» de Ipamari (Brasil) y Mesa, en Arizona (EE UU), ambas de 1972.

UN POTENTE RAYO

Otra de las más bellas imágenes del fenómeno de los OVNls gigantescos fue la que captó la cámara polaroid del policía Mark Coltrane el 19 de abril de 1978, cuando éste se encontraba a las afueras de Colfax, Wisconsin. En la misma, se aprecia un disco pulido de 50 metros de diámetro que refleja la luz del sol, artefacto que creó distorsiones en la señal de radio del coche del agente, según declaró el propio Coltrane



Otro incidente recordado por las dimensiones de su protagonista fue el ocurrido en Nueva York el 5 de septiembre de 1981, en el cual un espectacular OVNI con forma de campana, con 42 metros de alto y 25 de ancho, se materializó frente a un bloque de edificios en el popular barrio de Queens.
Al parecer, en un momento dado el objeto emitió un potente haz de luz desde su parte inferior, rayo que acabó impactando en Diana Martinez mientras ésta dormía y que la desplazó de la cama.
Durante la tarde del 6 de julio de 1986 año y no muy lejos de allí, concretamente en el edificio Stonehenge de North Bergen, en Nueva Jersey, Ron Lee y Ninetta Nappi observaron un objeto con forma de disco flotando sobre las aguas del río Hudson. El OVNI, de unos 20 metros de alto por 60 de diámetro, surgió aparentemente de la nada, como hemos visto tantas veces en la historia del fenómeno y como, al parecer, sucedió en octubre de 1996 en Brasil…


NAVES NODRIZA

El avistamiento tuvo lugar en las inmediaciones de la localidad de Pelotas, en el estado de Río Grande del Sur, y fue protagonizado por un experimentado piloto llamado Haroldo Westendorff, bicampeón brasileño de acrobacias aéreas, quien estaba aproximándose al aeropuerto de la citada localidad, cuando observó, aproximadamente en la intersección de las lagunas de Mirim y de los Patos, y a unos 2.000 metros de altitud, un extraño objeto con forma de pirámide y con los bordes ligeramente redondeados.

En cuanto a las dimensiones del OVNI, que Westendorff observó perfectamente pues lo rodeó hasta en tres ocasiones, el piloto calculó que excedía los 100 metros de diámetro. En cualquier caso, dichas medidas son casi ridículas si las comparamos con las del OVNI aparecido sobre la ruta Klondike, en el  Yukón canadiense, el 11 de diciembre de 1996, objeto que el principal testigo del avistamiento comparó con un estadio de futbol.

Las apariciones de OVNls gigantes constituyen una inquietante anomalía en este fenómeno ya de por sí complejo. Más si cabe cuando a menudo van seguidas de avistamientos de naves más pequeñas que parecen surgir de los primeros, como si éstos fuesen en realidad naves nodriza o de transporte.

¿Cuáles son las verdaderas intenciones de estas naves y entidades presumiblemente inteligentes? Trataremos este asunto en otra ocasión. De momento, les hemos traído un breve resumen de los cientos de avistamientos de estas asombrosas naves que de vez en cuando penetran en la atmósfera de nuestro planeta e interaccionan con los asombrados testigos. •

El investigador Vicente Fuentes, presentando su ultimo libro VIAJES EN EL TIEMPO
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