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martes, 23 de septiembre de 2014

Dijo el extraterrestre: El que está en la cama va a abandonar su envoltura física. La utiliza desde hace más de quinientos años y ahora desea tomar una nueva, para regenerarse y continuar a partir de elementos más recientes.

Dijo el extraterrestre: El que está en la cama va a abandonar su envoltura física. La utiliza desde hace más de quinientos años y ahora desea tomar una nueva, para regenerarse y continuar a partir de elementos más recientes.


¿Qué pueden decirnos los extraterrestres sobre la muerte? En realidad, los seres de las estrellas ya han explicado en ciertas ocasiones lo que representa para ellos el deterioro irreversible del cuerpo, aquello que los seres humanos intentan apartar de sus pensamientos ya que les atenaza, bloquea y en la mayoría de los casos, aterroriza  (salvo en los casos donde hay un sufrimiento extremo y la muerte quizás, se entiende como una forma liberación), pudiendo aplicarse de este modo la máxima del “miedo frente a lo desconocido”; pero afortunadamente las cosas han ido cambiando con el discurrir de los tiempos y la información que se ha ido destilando a través de algunos contactados, médicos internistas y otras muchas personas, entre ellas técnicos electrónicos, que han utilizado la Transcomunicación Instrumental (TCI) como herramienta de estudio. Investigaciones realizadas valiéndose de aparatos electrónicos (micrófonos, cámaras de video, grabadoras, ordenadores, etc.) para propiciar el contacto con personas ya fallecidas.


Y es ahí donde tendríamos el primer punto de inflexión: quienes creen en la “pervivencia tras la muerte de algo llamado alma” y aquellos que por el contrario niegan tal posibilidad, aludiendo que el cuerpo físico es lo único que nos ata con esta realidad, esa que únicamente somos capaces de percibir con los cinco sentidos, es decir, la material. Personalmente me inclino por la primera opción, entre otras cosas porque existen cientos de testimonios en los cuales personas fallecidas se ponen en contacto con familiares que se han quedado “a este lado”: En el libro Estoy bien, de JJ Benítez, se recogen muchos de esos testimonios donde destaca una coincidencia común, el deseo por parte de los que nos han dejado de transmitir la idea precisamente de que “están bien, pero en otra dimensión” otro lugar que se nos escapa a nuestra comprensión. Además, este hecho se reafirma con las pruebas recogidas y grabadas en aparatos electrónicos mediante la TCI (Transcomunicación Instrumental), voces y fotografías que evidencian “algo físico y constatable” que nos acercan a conclusiones difíciles de rebatir…


En la historia de la humanidad siempre ha habido momentos de confusión, ideas erróneas que pervivieron durante siglos, como por ejemplo aquella por la cual se aseguraba que la “Tierra era plana” cuando es precisamente ahora que esas teorías nos parecen absurdas y hasta graciosas: Podemos visualizar a Tales de Mileto ó  tal vez Anaximandro, situados en una elevación de terreno, de espaldas al mar, explicando a sus discípulos que la Tierra es algo parecido a una moneda enorme, un disco gigantesco, mientras que en el horizonte, el océano les mostraba claramente la curvatura de una esfera, ¡pero por Dios, si tenéis las pruebas delante de vosotros mismos! podría exclamarse y además, si hubiese sido cierto… ¿Qué ocurriría con el agua de los mares en una superficie plana? ¿Se vaciarían, tal vez…?.




Aristóteles, sosteniendo la Ética a Nicómaco y señalando el mundo visible, junto a Platón que sostiene el Timeo y señala hacia arriba, hacia el Mundo de las Ideas.(FUENTE DE LA IMAGEN: auladefilosofia.net )

Fue Aristoteles, en el siglo IV a. C. quien marcó una nueva pauta, razonando que la Tierra era una esfera al observar como las constelaciones “se elevaban” cuando los viajeros iban hacia el Sur; hecho que solo podía darse si se desplazaban por una superficie esférica, evidenciando que la posición relativa de los astros cambiaban en la distancia. Aun así,  la cerrazón humana hizo que,  aun siglos después, todavía muchos no aceptasen la redondez de nuestro planeta y algunos como Lactancio  (245-325) no asumieran estas hipótesis y este mismo dijese: ¿Existe acaso alguien tan insensato como para creer que hay personas cuyas huellas están más altas que sus cabezas? ¿Que las simientes y los árboles crecen cabeza abajo? ¿Que las lluvias y las nieves caen hacia arriba hacia el suelo? No tengo palabras para dar a aquellos que, una vez que han errado, perseveran insistentemente en su locura y defienden una cosa vana tras otra. FUENTE: http://es.wikipedia.org/wiki/Tierra_plana


Este pequeño vistazo a la historia de la humanidad viene dado por el hecho que en el momento actual, como ya ocurrió miles de años atrás, las teorías erróneas permanecen “artificialmente” en la psique de los seres humanos ayudadas por la desidia del pueblo ó bien, por la intencionalidad insana de quienes les gobiernan y un ejemplo de ello se refiere precisamente a la presencia extraterrestre en este planeta. Las autoridades han elegido ocultar a la población terrestre que efectivamente coexisten e interactúan con la Tierra otras civilizaciones extraterrestres muchísimo más desarrolladas y  temen perder una posición de poder cimentada en el engaño. Lo grave de todo ello nos llega si pensamos en todas las posibilidades que estarían desaprovechando los seres humanos si acaso hubiese un contacto definitivo y oficial con inteligencias extraterrestres que ayudasen a los habitantes de este planeta en diferentes aspectos: Con total seguridad el horizonte de la humanidad se ensancharía hasta límites nunca soñados. Las enfermedades desaparecerían, eliminándose el sufrimiento y hambrunas provocadas por las sucesivas guerras que asolan el planeta y alcanzando un nivel de conocimiento superior respecto a otras realidades que se escapan a nuestros sentidos, esas que nos llevarían a descubrir exactamente todo aquello cuando la vida llega a su fin  y el “alma” se desplaza a otras dimensiones, permitiendo de este modo evolucionar hacia planos superiores de comprensión. 



Estoy convencido que los extraterrestres, una vez la Tierra evolucionase positivamente sobre patrones “realmente civilizados”, ayudarían a los seres humanos en la búsqueda espiritual de esa comprensión y ello imprimaría de paz y sosiego a la existencia de los terrestres, “siempre atenazados por la idea de la muerte y el confuso pensamiento sobre un irremediable final de la existencia”, cuando por contra realmente se atisba en base a diferentes pruebas y testimonios  "que mas allá de la muerte se sobrevive", eso sí, en “lugares distintos”, en dimensiones  “vibracionalmente  mas sutiles, pero que necesariamente también lo son reales...” Y es posible a través de esas comunicaciones que poco a poco van llegando desde el “otro lado” deducir que “nuestros actos en esta vida implican consecuencias directas para con la existencia en esas otras dimensiones” , acciones reprobables tales como asesinar a un semejante ó bien el propio suicidio, que no serian una buena forma de entrar en esos nuevos planos dimensionales. En lugar de ello, frente al vértigo de la propia vida, bien podrían tomarse como validas otras opciones, tales como buscar un propósito de ayuda hacia los demás, hacer el bien en suma.


He hecho un pequeño compendio que nos pueda llevar a la comprensión de este dilema existencial y nos aparte del miedo acervado a la muerte; un resumen desde diferentes fuentes de información donde se nos explica la realidad de una supervivencia al momento final. En primer lugar, he traído un pequeño extracto del libro Alianza, de Anne Givaudan, quien habría contactado con seres de Venus, quienes en un momento dado le habrían explicado, mostrándole, la forma mediante la cual se desarrolla ese tránsito hacia el Mas Allá. Debido a su alta tecnología, a su manejo dimensional, aquellos extraterrestres serian capaces de observar el instante preciso en el cual “el alma” abandona el cuerpo físico y como ese mismo espíritu reencarnara después y vivirá nuevamente para seguir aprendiendo y perfeccionándose hacia una búsqueda de la Suprema Fuerza Creadora, es decir, de Dios.

Anne Givaudan utiliza la técnica del desdoblamiento astral, experiencia extracorporal mediante la cual el “cuerpo astral” se separa del “cuerpo físico”, método que permite desplazarse hasta lugares recónditos e incluso otras dimensiones, permaneciendo el “cuerpo físico” inmóvil en la cama. Puede decirse que los viajes astrales son experiencias “subjetivas”, difíciles de probar por la ciencia oficial, pero a la fecha de hoy, son tantos los testimonios ocurridos a personas de diferentes lugares y culturas distintas, que rebatir en contra de ello es ciertamente difícil.



Como información añadida diré que una persona a la cual considero de absoluta confianza me explico cómo en su día ella misma había tenido una experiencia astral, hecho que se dio de una forma totalmente involuntaria: Según me dijo, aquello le ocurrió concretamente en dos ocasiones mientras descansaba en la cama; al parecer, repentinamente sintió como “su propio yo se elevaba” y podía contemplar, desde un plano muy próximo al techo, a su “cuerpo físico” tendido en la cama. Me comentó también, que en las dos ocasiones que ocurrió el fenómeno astral tuvo verdaderamente miedo porque temió no poder regresar a su cuerpo físico y sintió mucha angustia debido a que fue un fenómeno que le ocurrió de forma  involuntaria. Me dijo también, que no sabía cuál había sido el desencadenante de aquel desdoblamiento astral y temía que no lo pudiese controlar. Yo le pregunté que si de algún modo su mente siguió intacta en todo momento, a lo que me respondió que sí; teniendo siempre en cuenta que “efectivamente había ocurrido una separación entre cuerpo y alma”, por llamarlo de algún modo.


Por simplificar la cuestión, a veces los seres humanos preferimos negar la existencia de fenómenos que se escapan a nuestra comprensión, tales como la telepatía ó  los OVNIs, que obviamente no dejan de ser otra cosa que “maquinas” constituidas de materia (la detección en radares dan prueba de ello), en vez de afrontar el reto e intentar resolver hechos que se nos presentan enigmáticos ó desconcertantes para “nuestra lógica”. Y qué decir tiene si nos aproximamos a otras cuestiones cercanas a la metafísica, como por ejemplo, ¿Qué hay más allá de la muerte? , entonces de forma automática la mayoría de las personas eluden directamente pensar en ello, aun sabiendo que tarde o temprano deberían buscar una explicación, tal vez porque el miedo les atenaza.

Quien sí que dio un paso hacia delante fue el doctor Raymond A. Moody. Después de escuchar muchos testimonios de E.C.M. (experiencias cercanas a la muerte) se interesó por un tema ciertamente difícil de encasillar en la ortodoxia médica y recopiló una serie de casos que fructificaron finalmente en el libro Vida después de la Vida (Life after live, 1975). Sucesos en los cuales “enfermos clínicamente muertos” abandonan su cuerpo físico, desplazándose a continuación por un túnel en dirección hacia una luz, donde son recibidos por seres espirituales y familiares que ya no están en este mundo. ¿Pero qué relación tiene este asunto con los extraterrestres? Mi intuición me dice, que tal vez, esas civilizaciones, capaces de manejarse en muchas dimensiones, lo son también capaces de interactuar precisamente con esos “otros lugares espirituales donde habitarían las almas ó espíritus” que ya habrían sufrido ese “desdoblamiento definitivo”, por llamarlo de alguna manera.


Tal vez, llegado el día, estas cuestiones de vital importancia para los seres humanos nos serán finalmente explicadas, precisamente, por esas civilizaciones extraterrestres. Sin descartar tampoco la hipótesis en la cual los extraterrestres, de algún modo, sean ya capaces de comunicarse directamente con ese mundo espiritual, con todas las implicaciones que ello conllevaría.

Desde diferentes libros he rescatado información que considero necesaria para tener una visión amplia respecto a lo que entenderíamos sobre el Mas Allá, de aquello que los extraterrestres ya han dicho a algunos contactados y de las investigaciones realizadas por personas de este planeta, en los campos de la Transcomunicación Instrumental (T.C.I.) ó la medicina. Recomiendo leerlos todos y dejar reposar las ideas… luego de una forma, llamémosla natural, nuestro subconsciente reconfigurara ciertos conceptos, que sin lugar a duda se alejan de creencias ó religiones aproximándolos de una forma natural a una definición cercana a la Suprema Fuerza Creadora; es como si al final, la comprensión de la pervivencia a la muerte señalara hacia otro tipo de evolución, por supuesto, en otras dimensiones. Tal vez, esa certeza pueda ayudar a muchos en la visión de su propia existencia y en la esperanza de reencontrarse con quienes nos han dejado en este plano existencial.         

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(A continuación, la contactada Anne Guivaudan narra su experiencia con seres de Venus, estableciendo comunicación de forma astral.)
Del libro Alianza, de Anne Guivaudan


El planeta Venus, entre el Sol y la Tierra.
 Transición

Un gran silencio apacible inunda el espacio.

…Desde el fondo de mi noche estrellada, oigo la voz del Maestro: -“Aquí la muerte no es más que un pasaje semejante al nacimiento….” Pero mejor, mira... Entonces, en la pantalla de mi noche aparece una escena del interior de un edificio similar al de la Escuela de Sabiduría. Allí, en una sala con luces suaves en toda la gama de azules violeta, distingo tumbado en una especie de lecho en forma de concha, un hombre rubio de la misma edad que el Sabio con el que estamos. Una música que parece ser la melodía de las esferas, fluye suavemente por el aire perfumado de la habitación. Todo lo que emana del lugar está impregnado de belleza, de armonía y de serenidad. Sobre la pared frente al lecho, aparecen símbolos luminosos, letras...

El hombre tumbado sonríe a una persona que, sentada a su lado, parece hablarle por telepatía. –“Nos encontramos en una de las salas del Templo de las Desencarnaciones. El que está en la cama va a abandonar su envoltura física. La utiliza desde hace más de quinientos años y ahora desea tomar una nueva, para regenerarse y continuar a partir de elementos más recientes. Ha procurado terminar lo que le parecía importante para esta vida para los meses que vosotros llamáis curiosamente ni que después de la vida en los que se irá preparando para sus nuevas funciones. Ahora, sus allegados le han dejado con el acompañante de su elección. Saben que el que parte necesita calma y serenidad, para que el viaje sea lo más agradable posible. Antes de llegar a este lugar, el habitante de este cuerpo ha contactado a sus futuros padres. Han preparado su partida y su regreso minuciosamente.


…En la estancia de las desencarnaciones, el hombre tumbado piensa y emanan de él ondas de colores, rostros, escenas. Todo parece fluido. Un poco como si, antes de levantar el vuelo, hiciera el balance de su vida a punto de terminarse. Veo acontecimientos felices, otros menos, pero en cada secuencia, el acompañante que lo asiste le escucha y desata los cabos sueltos cuando es necesario. Los colores que rodean al que parte se vuelven más y más pastel, más y más transparentes, más y más luminosos.

Las escenas se interrumpen súbitamente, como si la película hubiese terminado. El acompañante se levanta y va a situarse a la cabeza del hombre rubio que parece dormir muy ligeramente. Percibo entonces una bruma ligera que envuelve su cuerpo, o mejor dicho que sale por arriba de su cabeza. Poco a poco esta bruma toma forma: la silueta del ser tumbado abandona su envoltura física. Mientras duraba este proceso, los símbolos se han iluminado y apagado unos tras otros. Son doce y su color va del rojo al blanco cristal, pero no acabo de comprender toda su utilidad.
El ser ahora está de cara a nosotros, a su acompañante y a mí, y con mucha suavidad, nos hace una seña amistosa con la mano. La silueta ha desaparecido y el acompañante queda en meditación un rato más...
“Acompaña durante unos instantes al que parte, como cuando a veces hacemos un trozo de camino con un amigo querido. Después, el que se va continúa su ruta solo y durante algunas semanas, o tal vez meses, se construirá una nueva personalidad, unas nuevas bases sobre las que podrá apoyarse.


Contactará con los siete Sabios de la Vida, y con otros venidos de otros planetas y de universos diferentes. Esto le permitirá aprender lo necesario para su futura encarnación, en todos los planos de su ser. Sabrá precisamente qué lazos le quedan por afinar, por liberar, pues su alma continúa su evolución y su aprendizaje del amor total. Va a recapitular, como te gusta llamarlo. Luego llegará el momento de su nueva encarnación, que aceptará alegremente, porque sabe que la vida continúa unas veces bajo una forma y otras veces bajo otra. Este futuro cuerpo es un regalo del Amor hacia la Vida, a su vida, sin límite de tiempo, de materia o de espacio. Encontrará a sus futuros padres y con ellos construirá las bases de lo que será su vida. Los encuentros entre ellos serán frecuentes. Pero esto pronto lo vas a ver.”
La noche estrellada se difumina poco a poco; nuestro anfitrión nos hace seña de seguirle, invitándome a salir. Tomamos un camino bordeado de vegetación verde, rosa y blanca que nos conduce a un pequeño edificio redondo, con el techo en cúpula, de un material cristalino e irisado.


Anne Givaudan, sobre su libro Alianza,  1 de 4



Anne Givaudan, sobre su libro Alianza,  2 de 4




Anne Givaudan, sobre su libro Alianza,  3 de 4





Anne Givaudan, sobre su libro Alianza,  4 de 4


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(A continuación dos testimonios donde personas fallecidas  vuelven desde del Mas Allá para comunicarse con sus familiares; testimonios recogidos en el libro Estoy Bien, del investigador y escritor  J.J.Benitez)


Del libro Estoy Bien, de J.J.Benitez

TRIDIMENSIONAL Y TRANSPARENTE

El 2 de agosto de 1987 falleció en España el padre de una distinguida dama norteamericana a la que llamaré Cruz.
El dolor la destrozó.
Pues bien —según me relató— a los cinco días del entierro, cuando caminaba por la calle
Reina Mercedes, en Sevilla (España), sucedió algo para lo que no tiene explicación.

Avenida Reina Mercedes, Sevilla (España)
Vi a mi padre, entre la gente...
Sólo vi la cabeza...
Flotaba a escasa distancia...
La gente la atravesaba...
Yo, entonces, estaba muy atormentada. No lograba superar la muerte de mi querido padre...
Él me miraba con mucha intensidad. Sus ojos eran muy penetrantes...
Era una cabeza tridimensional, con volumen, y algo más grande de lo normal...
Entonces me dijo: «Estoy bien... Estoy bien.»
A partir de ese momento dejé de sufrir...
Ahora lo sé: mi padre sigue vivo...


TIRANTES COLOR VINO

Puede que esté equivocado. No sé...
En el asunto de los «resucitados», los testimonios de los médicos siempre me han parecido especialmente atractivos. Veamos uno que me impactó.
José Aldrich es un reconocido reumatólogo.
Vive en Estados Unidos de Norteamérica.
He sostenido con él numerosas conversaciones.
He aquí una síntesis de su especialísima vivencia:
—Mi padre —relató José— se llamaba José Joaquín Aldrich Fábregas. También era médico...
»Falleció el 6 de septiembre de 1998 a las cinco y media de la madrugada...
»Yo estaba con él...
»La causa de la muerte fue una arritmia cardíaca...
»Ese día, más o menos hacia las doce de la mañana, cuando acompañábamos a mi madre en su casa, él, mi padre, se presentó...
»Mi madre se sintió cansada y decidió sentarse en un banco...
»Nos hallábamos en un corredor acristalado...
»Entonces, en la calle, vi una gran luminosidad...
»Era una especie de media naranja de color blanco, muy intenso...
»Se hallaba en el suelo...
»Podía medir cuatro o cinco metros de diámetro y tres de alto...
»Estaba muy cerca del corredor...
»Y allí descubrí a mi padre, entre la semiesfera y los cristales del corredor...
»Me miraba...
»Yo quedé perplejo. Hacía siete horas que había muerto...
»Se le veía feliz...
»Levantó el brazo izquierdo y me lanzó un beso...
»Yo me froté los ojos, pensando que veía visiones, pero no. Aquello era real...
»Después alzó el brazo derecho, despidiéndose...
»Dio media vuelta y se dirigió hacia la cúpula luminosa...
»Ahí desapareció...
—Vayamos por partes —le interrumpí—. ¿Cómo era la media naranja?
—Luminosa, de un blanco fuerte, pero se podía mirar sin que lastimase los ojos.
Solicité de nuevo las dimensiones y Aldrich repitió lo ya dicho: cuatro o cinco metros de diámetro y otros tres de altura, aproximadamente. El padre se hallaba a cinco metros de
José.
Le pedí que dibujara el corredor y la posición de la «media luna», así como la ubicación del padre. Como ya he dicho, sólo comprendo lo que puedo dibujar...
—Era una cúpula (?) muy singular —añadió Aldrich—. Era opaca. No se veía a través de ella. Detrás había coches aparcados, pero no se distinguían.


El médico buscó un símil.
—Parecía agua sólida. ¿Recuerdas la película Stargate?
—Sí.
—Pues eso... Era como un sólido acuoso.
— ¿Qué impresión te produjo?
—No lo interpreté como un vehículo. Más bien me pareció una «puerta»... Una forma de pasar de un lado a otro.


— ¿Estás pensando en otra dimensión?
—Sí.
—Empecemos de nuevo. Tu padre había fallecido y tú te encontrabas en la casa de tu madre...
—En efecto. Mami sufría un severo Alzheimer. Mis hermanos y yo estábamos acompañándola. Y a eso de las doce o doce y media, cuando cruzábamos por el referido pasillo acristalado, mi madre se sintió cansada y optó por sentarse en un banco.
— ¿Llovía?
—No, pero el cielo presentaba nubes altas, de tormenta. Fue en esos momentos, al sentarse, cuando vi la seminaranja. Estaba muy cerca de la casa. Y allí, entre la cúpula luminosa y el corredor, se presentó mi padre...
—Murió a las cinco y media de la madrugada...
—Así es. Yo estaba con él. Y lo acompañé hasta las ocho de la mañana.
—Y dices que tu padre estaba feliz...
—Tenía una sonrisa enorme, como si fuera el día más feliz de su vida.
Aldrich pensó lo que iba a decir y lo manifestó con total seguridad:
—Si algo me ha dado tranquilidad fue esa cara de felicidad. Lo tenía todo: belleza, amor, paz... Lo siento: no sé describírtelo.
— ¿En qué momento lo viste por primera vez?
—Cuando ayudaba a mi madre a sentarse. Como te digo, me froté los ojos. Allí estaba, al otro lado de los cristales, mirándome. Tenía los brazos caídos y la mano izquierda sobre la derecha. La sonrisa era pícara, como el que sabe que va a dar una sorpresa...
—Háblame de su aspecto.
—Representaba unos cuarenta y cinco años. Mi padre tenía ochenta y dos cuando falleció. Lo vi en plena forma. Pelo negro, con algunas canas, bigote, ligeramente blanco, y la dentadura perfecta; la suya...
—No entiendo.
—Al morir, mi padre usaba dentadura postiza. No había separación entre los dientes. Cuando lo vi, después de muerto, sí existían esas separaciones. La dentadura, por tanto, era la suya.
— ¿Cómo vestía?
—Llevaba un polo blanco, de manga corta, con cuello y botones. El pantalón era beige, con tirantes. Eran los tirantes habituales, muy llamativos: rojos (color vino), de cuatro o cinco centímetros de anchura, y bandas exteriores también color beige.
— ¿Usaba tirantes a los cuarenta y cinco años?
—No. Eso me extrañó. Empezó a utilizarlos a los setenta, cuando empezó a perder peso.
— ¿Y los zapatos?
—Negros, tipo mocasín, con calcetines blancos.
— ¿Hubo algo en la indumentaria que te llamara la atención?
—Además de los tirantes, el polo. Él no usaba prendas que no tuvieran bolsillos. Le gustaba cargar una pluma... Y otro detalle: la ropa aparecía muy bien planchada. Eso no era habitual en él. Era muy descuidado.


— ¿Dirías que, físicamente, estaba en lo mejor?
—Sin lugar a dudas. Y también mentalmente.
— ¿Llevaba alguna joya?
—No vi la cadena que colgaba habitualmente de su cuello. Era una imagen de la Virgen del
Carmen. Sí observé el reloj de pulsera en la muñeca izquierda, como siempre.
— ¿Alianza?
—Creo que no la tenía.
— ¿Cómo era la textura de la piel?
—La que corresponde a una edad de cuarenta y cinco años.
Aldrich recordó otro dato; algo que consideró interesante:
—No daban sombras...
— ¿Quién?
—Él y la cúpula. Ninguno de los dos daba sombra.
— ¿Y qué pasó?
—Mientras yo me frotaba los ojos, él giró ligeramente hacia su derecha, levantó la mano izquierda y me lanzó un beso.
— ¿Era un gesto habitual en él?
—No. Conmigo sólo lo hizo una vez: cuando yo marchaba de Cuba. Después, como te dije, alzó el brazo derecho y se despidió. Dio media vuelta y caminó hacia la media naranja luminosa. Y desapareció.
— ¿Se introdujo en la cúpula luminosa?
El doctor dudó.
—No estoy seguro. Al entrar (?), él desapareció, y la media luna se hizo más pequeña o se fue tras mi padre. No sé concretarlo.
—Tus hermanos estaban allí. Y también tu madre. ¿Alguien vio algo?
—Que yo sepa no. Nadie dijo nada, y yo tampoco. Mi hermano sí recuerda que le llamó la atención la manera de frotarme los ojos.
— ¿Cuánto pudo durar la visión?
Alrededor de veinte segundos.
— ¿Dirías que tu padre sigue vivo?
—Con absoluta certeza.
A las dos semanas de la muerte de su padre, el doctor Aldrich regresó a su clínica. Y sucedió algo no menos sorprendente:
—Recibí a una paciente —resumió el doctor—. La atendí y, al marcharse, observé que lloraba...
»Me dejó preocupado...
»Esa misma tarde la llamé por teléfono y pregunté qué le sucedía...
»La mujer explicó que, durante la consulta, había visto a un hombre junto a mí...
»En la consulta estaba solo. Nadie me acompañaba...
»Pero ella insistió...
»Y le pedí que lo describiera...
»Dibujó a mi padre, tal y como yo lo había visto desde la casa de mi madre...
»Habló, incluso, de los tirantes color vino...
»Casi se me cayó el teléfono...



JJ Benitez habla de su libro Estoy Bien. (Hay vida después de la muerte) entrevistado por el investigador mexicano Yohanan Diaz Vargas

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(A continuación el testimonio del contactado Giorgio Dibitonto donde los extraterrestres le muestran justo el instante en el cual un ser humano fallece y su “alma ó espíritu” abandona el cuerpo y es recibido por familiares y guías espirituales.)(En este mismo blog hay la entrada, Otras Dimensiones: Cruzando la Barrera Celeste que comparte una parte de la temática dimensional)

Del libro Angeles en Astronave, de Giorgio Dibitonto
 
…En aquel momento entraron Rafael, Orthon y otros cuatro hombres y tres mujeres. Se sentaron junto a nosotros, después de habernos saludado. Rafael nos invitó a prestar atención porque se nos mostrarían algunas escenas. La voz de Kalna prosiguió: “Ahora veréis algunas escenas, -dijo-, referentes al suceso que llamáis muerte y que nosotros llamamos paso”.
  De la habitual nube coloreada, se formaron unas figuras como ya habíamos visto la vez anterior. Apareció la imagen de un hombre enfermo en la cama de una habitación. Respiraba muy fatigosamente, y algunas personas, seguramente los familiares, estaban junto a él en su cabecera".
  “Es una escena terrestre, -dijo Kalna-, la que os mostramos. Está sucediendo realmente en este momento en vuestro planeta. Tenemos la posibilidad de mostraros escenas del pasado, del presente y tal vez del futuro. Observad ahora lo que va a suceder”.
  Miré con curiosidad, y al rato me pareció como si el hombre se estuviese desdoblando. Una imagen completamente semejante a la suya, pero muy ligera, se alzó horizontalmente de la cama, dio la vuelta por el aire de la habitación y se puso suavemente en pie sobre el pavimento. Al mismo tiempo la otra figura, la que yacía en la cama, se quedó quieta, dejó de respirar fatigosamente, y los familiares le cerraron los ojos y empezaron a llorar y a lamentarse en alta voz.
  El cuerpo del hombre en la cama, inmóvil y sin vida tenía ahora los ojos cerrados, mientras su doble miraba, con una expresión de sorpresa, ya a su cuerpo en la cama, ya a los familiares llorando. El intentaba consolar a los suyos, hacerles comprender que no estaba verdadera y definitivamente “muerto”, pero ellos no lo notaban y proseguían sus lamentaciones en torno al cuerpo de la cama.



 “Este hombre, este hermano de la Tierra, ha terminado su existencia terrena, -comentó Kalna-  Ahora él vive con un nuevo cuerpo en un nuevo ritmo vibratorio vital. Está extrañado de ver su cuerpo material muerto en la cama, y ha tardado algunos minutos en comprender la verdad de las cosas. Querría comunicar con los parientes que lloran su muerte física, pero no ha comprendido todavía que vive en una dimensión distinta de la material. Este hermano está viviendo ahora dos realidades en sí mismo: la maravillosa sorpresa de haber descubierto que se vive también después de la muerte y ya sin el sufrimiento físico que le había afligido hasta el tránsito, y la tristeza de no poder comunicar con los que aún están en la vida material. Ahora ha comprendido que puede verlos y sentirlos, mientras que ellos no pueden darse cuenta de su realidad”.
  Kalna se interrumpió y nos dio la oportunidad de seguir la escena que mostraba sus inútiles esfuerzos para decir a aquellas personas que todavía estaba vivo y que la muerte física no quita la vida.
  “Ahora veréis otra fase,- anunció Kalna; -éste es el primer contacto con Hermanos de otras dimensiones que han sido traídos de otros mundos para acoger al hermano que ha pasado de la dimensión material a otra forma de vida. Ya os lo decimos: en toda la creación a nadie se deja abandonado”.
 
Vimos llegar a aquel lugar, como a través de las paredes, algunos hombres y mujeres, cuya edad parecía comprendida entre los quince y los cuarenta años, al menos en apariencia. El más joven, un muchacho que parecía precisamente el de menos edad, se acercó al hombre que acababa de morir, el cual aparentaba ahora unos cuarenta años, mientras su cuerpo era mucho más viejo, y lo abrazó. Lo llamaba “papá”, y el hombre echó los brazos al cuello del muchacho diciéndole: “¡Hijo mío qué alegría volver a verte!. ¡Cuánto te he echado de menos!. ¿De dónde vienes?” El muchacho le dijo que estaba muy bien y que lo esperaba desde hacía tiempo. Hubo abrazos y palabras de emoción entre el hombre y todos los que habían venido a recibirle.
  El hombre miró su cuerpo, todavía y quería hablar a los parientes que lo rodeaban llorando, pero los demás le explicaron que no era posible, añadiendo que le enseñarían enseguida cómo comunicar con el pensamiento y el Amor con sus familiares dejados en la Tierra.
  Estaba sorprendido, y oía también la voz de Tina que repetía: “Es increíble, pero es algo maravilloso”.
  Paolo dijo algunas palabras que expresaban emoción por aquella verdad. “Y pensar, -añadió-, que los hombres de la Tierra esperan la muerte con terror y lloran durante años a las personas queridas muertas”.
  Mientras la escena estaba en aquel estadio todavía pregunté a Kalna por qué una verdad así no se daba a conocer de algún modo a los hombres de la Tierra.



  “Hay razones,- respondió-, por las que los hombres de la Tierra no pueden ser informados de estas realidades. Ellos, a través del dolor y de la ignorancia causados por su conciencia oscurecida y deteriorada, recuperan valores y adquieren la conciencia necesaria para insertarse después energéticamente en aquellas realidades vitales”.
  Mientras tanto, los Hermanos que habían venido a acoger al terrestre fallecido, habían salido de allí con él, y se acercaban hacia un lugar que no correspondía ya a la realidad de la casa y del ambiente donde había sucedido la muerte.
  “Estáis viendo ya la realidad astral,-explicó otra vez Kalna-. Es decir, ahora véis la realidad energético vital relativa a aquel lugar en un ritmo vibratorio más sutil”.

EXPLICACIONES  Y  ENSEÑANZAS.
  
Llegamos al lugar del encuentro cuando ya se estaba poniendo el sol. Los viajeros de la luz no se hicieron esperar mucho: reconocimos a Rafael, y con él estaban Firkon, Orthon, Kalna e Ilmuth. Se acercaron. Nos saludaron muy calurosamente. Nos sentamos sobre la hierba. Veíamos el valle allá abajo, y al fondo, el mar. Detrás de nosotros, a pocos metros, empezaba el bosque de árboles.
  Rafael miró a Firkon y comprendí que la invitaba a tomar la palabra:
  “Cuando os decimos que nuestras astronaves recorren el espacio, -comenzó enseguida Firkon con la vivacidad que le caracterizaba-, no nos referimos solamente a espacios materiales. El espacio comprende sobre todo ilimitados Universos Ultra-materiales. La única dimensión que cae bajo la observación de vuestra ciencia es la relativa a la materia. Pero las dimensiones cósmicas son tantas y tales como para que no podáis tener de ellas la más ligera idea. Se precisa mucho conocimiento y mucho tiempo para poder experimentar cuanto estamos diciendo. Ni siquiera vuestra imaginación, ahora, puede alcanzar lo más mínimo tales realidades”.


Firkon esperó a que nuestra mente hubiese asimilado un poco lo que nos había dicho. Ví a los Hermanos del espacio muy atentos sentados a nuestro alrededor.
  “En el Cosmos, -prosiguió-, no existe solamente la dimensión material. Existen dimensiones ultramateriales que no muestran solamente longitud, altitud y profundidad, sino una riqueza mayor, realidades vitales en las cuales lo que llamáis detrás, delante, encima, debajo, dentro y fuera se convierten en limites superados. Cuanto más evolucionado es un Universo, más se expresa su energía vital en nuevas formas más libres y la conciencia se amplía en un respiro universal más vasto. A cada dimensión cósmica corresponde un cuerpo humano de grado evolutivo equivalente. Cada nuevo Universo conquistado por el alma del hombre en evolución, se presenta a él y a sus sentidos más evolucionados en una nueva síntesis, en un nuevo significado y en una nueva lógica desconocida en la dimensión anterior superada. Y así cada nueva dimensión comporta realidades nuevas y nuevos modos de ser de la energía vital que derivan siempre de las mismas Leyes Universales que regulan toda la Creación. Cuanto más evolucionadas son las dimensiones, y por tanto más perfectas, más la conciencia de quien la experimenta conoce el Amor con el cual todo fue creado y el Amor que subsiste en ellas. El Amor Universal es la fuerza vital y unitaria de todo cuanto existe”.



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(A continuación un pequeño extracto del libro Voces del Mas Allá donde se explica la utilización de la Transcomunicación Instrumental, es decir medios electrónicos tales como micrófonos, grabadoras, altavoces, ordenadores, etc. para contactar con personas que han cruzado hasta el Mas Allá y sorprende como en muchas de esas comunicaciones, los fallecidos describen esos lugares dimensionalmente distintos)

Del libro VOCES DEL MAS ALLA, de Calos G. Fernández

El mensaje: Hay un mundo más allá de la muerte

A LO LARGO de los capítulos anteriores hemos podido recorrer la diversidad de fenómenos que se engloban en la transcomunicación instrumental. Y tomando estos fenómenos como una revelación proveniente desde el Más Allá, los experimentadores han construido toda una filosofía propia, utilizando como fuente documental estos supuestos contactos tecnológicos. Pero la TCI es algo más que un conjunto de fenómenos interpretados desde la creencia en la supervivencia a la muerte. Es una forma de entender el universo y es también un incipiente movimiento social.
Además de los transcomunicadores que se han citado a lo largo de estas páginas, existen otros muchos anónimos. Miles de personas se han lanzado -desde hace ya algunas décadas a la búsqueda de voces de sus seres queridos ya fallecidos.


En España, y en la mayoría de los países de habla hispana, los fenómenos fueron interpretados como manifestaciones de la propia mente, quizá por la escasa tradición espírita y por la propia idiosincrasia de nuestra cultura. Sin embargo, en otros países -especialmente los centroeuropeos no ocurrió lo mismo. Primero las voces y luego el resto de los fenómenos fueron interpretados casi exclusivamente como contactos con el Más Allá. Y en países como Alemania, Italia O Suiza surgieron asociaciones dedicadas tan solo a la obtención de esos «contactos». Bajo esta estructura, organizaban congresos y reuniones de trabajo, editaban boletines y realizaban otros eventos que intentaban unir a personas que bajo una motivación común buscaban el ansiado mensaje a través de un sencillo magnetófono o con sofisticados ingenios electrónicos.


Imagen obtenida mediante TCI
Fue durante la celebración de una reunión en Dartinton Hall, en Inglaterra, donde representantes de casi veinte países debatieron sobre la idea de unirse con el objetivo común de aunar esfuerzos entre los transcomunicadores. Allí fue donde se establecieron las bases de la «Red», con el consenso de no construir una estructura piramidal ni jerárquica.
La creación de la Red Internacional de Transcomunicación Instrumental (RITI) supuso un interesante paso para la unificación de criterios e intercambio de información entre los investigadores en transcomunicación.


Pedro Amorós Sogorb, incansable investigador español de la TCI (mas informacion en su pagina web: http://www.pedroamoros.com/index.php?option=com_content&view=article&id=124:psicofonias-voces-de-otra-dimension&catid=31:general&Itemid=50

La RITI estuvo constituida por una veintena de personas, entre las que se encontraban médicos, psiquiatras, ingenieros en electrónica, diplomáticos y algunos investigadores de fenómenos paranormales. La mayoría de ellos son, más allá de sus profesiones, activos experimentadores en las diferentes técnicas de la TC!.
Aunque diferencias personales dieron corta vida a la RITI, el contacto fluido entre los transcomunicadores permitió una cierta homogeneidad en los conceptos filosóficos y culturales, de donde surgió una nueva forma de entender el universo, basada principalmente en los contenidos de las transcomunicaciones.


El universo según la TCI

Resulta poco menos que imposible el calcular cuántas personas en todo el mundo están convencidas de que contactan con el Más Allá a través de un simple magnetófono. Las psicofonías están siendo utilizadas desde hace décadas como un medio sencillo de comunicar con personas ya fallecidas, proporcionando a miles de familias una esperanza sobre la supervivencia a la muerte.
Los diversos aspectos que conforman la cosmogonía de la transcomunicación instrumental son muy amplios y ricos en conceptos.
El Más Allá estaría conformado por mundos también materiales donde quien muere en la Tierra «renacería» en este lugar, adoptando nuevos compromisos y obligaciones, como un estadio más dentro de una progresiva evolución.


Matrimonio Harsch-Fischbach
En un mensaje recibido por el matrimonio Harsch-Fischbach se describe brevemente cómo es este otro mundo:
Nosotros tenemos un cuerpo como el suyo. Él se origina sobre una base de vibraciones más finas... Aquí no existen enfermedades, los miembros que faltan crecen nuevamente. Los cuerpos que en su mundo estaban atrofiados, aquí son regenerados.

Según los interlocutores del Más Allá, los cuerpos sufren una transformación reparadora y adquiere la apariencia de una persona de entre veinticinco y treinta años: Las personas que en la Tierra mueren con edad avanzada, llegan aquí totalmente conscientes, después de un sueño reparador. Ese sueño de reposo tiene una duración terrestre de cerca de seis semanas. En algunos casos puede durar un poco menos. Los niños que llegan son cuidadosamente recibidos y cuidados por sus parientes fallecidos. Los niños crecen y continúan desenvolviéndose hasta alcanzar la edad media de 25 a 30 años. Vivimos en compañía de otras formas de vida, con seres humanos que antes de la muerte física habitaban otros planetas... (Harsch Fischbach).

Según los interlocutores de la TCI, se trata de un lugar casi paradisíaco: Los paisajes son impresionantemente bellos... Cerca de sesenta billones de humanoides se encuentran aquí, provenientes de todos los mundos existentes. La amistad y la camaradería continúan siendo cultivadas. (HF).



Este hipotético mundo donde residen los muertos recibe, en las presuntas comunicaciones Harsch-Fischbach, el nombre de Marduk, y estaría ubicado en un universo paralelo, en una dimensión imposible de acceder en nuestras coordenadas espacio-temporales. En Marduk vivirían varios billones de seres, algunos fallecidos recientemente y otros hace siglos, de la Tierra y de otros planetas, como un lugar de paso hacia otros mundos más evolucionados. Y es que, desde el punto de vista de la TCI, la evolución de los seres está marcada por un progresivo paso por mundos cada vez más sutiles, hasta alcanzar las máximas cotas de evolución. Así es como la forma de entender la vida y la muerte difiere del espiritismo reencarnacionista para aproximarse a los conceptos del espiritualismo inglés, donde la evolución estaría marcada por el paso a través de diferentes mundos cada vez más sutiles.

En el «mundo siguiente» vivirían varios billones de seres de diferentes razas y etnias. Algunos de ellos han fallecido recientemente, y otros hace algunos siglos. Viven en él seres de la Tierra y de otros planetas, ya que sería apenas un lugar de paso hacia otros mundos más evolucionados.
Según las comunicaciones recibidas por los transcomunicadores, las características propias de la personalidad y el carácter de las personas que llegan a este plano no experimentan grandes cambios en el momento del «salto» a este nuevo mundo. Es a partir de iniciar esta nueva vida donde el ser tiene la oportunidad de aprender y superar sus propias limitaciones.

En las comunicaciones presentadas por el matrimonio de Luxemburgo se explica que Marduk está iluminado por tres soles. El planeta gira en torno a uno de ellos, pero otros dos iluminan su superficie de forma continua. Como resultado de esta disposición, la temperatura es constante, muy suave y agradable. Y al igual que la Tierra, posee una Luna en su órbita.

Marduk está surcado por un gran río, que recibe el poético nombre de Río de la Eternidad. Este se extiende a través de varios miles de kilómetros por la superficie de este mundo. A sus márgenes viven muchos y muy variados seres, normalmente agrupados por pautas culturales o de afinidad, constituyendo grupos que a veces resultan muy heterogéneos; pero que se encuentran en el mismo plano de existencia debido a su estadio de evolución.



Los vegetales y los animales experimentan también este «salto dimensional» hacia este mundo. Por ello es por lo que el paisaje del mundo siguiente está cubierto de abundante vegetación y poblado por todo tipo de especies animales, incluso de algunas que ya se han extinguido en la Tierra. Sin embargo, la vida animal en este plano se desarrolla bajo la premisa de que ningún animal debe morir para que la vida siga desarrollándose.

La llegada de nuevas personas a este mundo tras su muerte en la Tierra está siempre arropada por otros seres que instruyen al recién llegado sobre los diferentes aspectos de su nueva vida. Estos son generalmente personas con afinidades culturales y espirituales -muchas veces sus propios familiares-que permiten un mayor entendimiento con los recién llegados. Los niños que fallecen prematuramente en la Tierra son especialmente atendidos por los familiares que los precedieron, recibiendo todo el amor y los cuidados hasta que crecen y se desarrollan hasta alcanzar una edad de veinticinco a treinta años.

Tras tomar consciencia de las características de su nueva vida, con todas las ventajas de un estadio evolutivo más alto, algunos seres llegan a olvidar que alguna vez han vivido en la Tierra, o simplemente lo consideran «un mal sueño». Otros, en cambio, conservan algunas costumbres propias de su anterior vida terrena. Razón por la que pueden mantener relaciones sentimentales e incluso sexuales, aunque muchos abandonan estas prácticas cuando van alcanzando nuevos estadios evolutivos. De todos modos, la procreación no es posible en este mundo, ya que los nuevos habitantes solo aumentan con la llegada de nuevos seres provenientes de mundos como la Tierra.



Según se ha podido determinar a través de las comunicaciones por TCI, Marduk estaría ubicado en el tercer plano dentro de la escala evolutiva. Este estadio lo ocupan los seres que -camino de su superación-esperan aprender y desarrollarse espiritualmente y poder acceder así a planos de evolución superiores. A medida que estos seres van accediendo a estos planos más elevados, su conciencia tiene acceso a nuevos campos de conocimiento espiritual, que lo acercarían hasta la propia esencia de Dios.

Siempre según la filosofía de la TCI, nuestro mundo -la Tierra-estaría en el «primer plano». El segundo correspondería a lo que muchas religiones han dado en llamar el Hades, Infierno o el Purgatorio. En este plano, los seres conservan muchos de las características menos evolucionadas, muy propias de los seres que habitan en la Tierra.
La comunicación con el Más Allá
La comunicación entre la Tierra y ese mundo paralelo se establece por iniciativa de los habitantes del otro lado, quienes han construido estaciones emisoras desde donde emitir sus mensajes.

La supuesta objetividad que presenta la tecnología como medio para transmitir un mensaje estaría subordinada a las capacidades psíquicas del operador, y por supuesto a la voluntad de los comunicantes. Por ello es por lo que los transcomunicadores afirman que ningún equipo por sí solo puede garantizar la comunicación con el otro mundo. Así es que el conjunto formado por el equipamiento electrónico y la psique humana -en especial sus pensamientos-serían el alma máter de cualquier transcomunicación, formando lo que se conoce como Campo de contacto.
Según la TCI, existirían en nuestro planeta puntos a través de los cuales los comunicantes del Más Allá podrían –no  sin esfuerzo-enviar objetos materiales, tal como si fueran «aportes». Algunos transcomunicadores -Maggy Harsch, por ejemplo-dicen haberlos recibido.

El sacerdote italiano Ernetti
La Iglesia y la transcomunicación

La historia de la transcomunicación instrumental está de alguna manera vinculada a la Iglesia católica. Recordemos que fueron dos sacerdotes italianos -Gemelli y Ernetti- los que comenzaron la primera investigación sobre las voces. y desde entonces muchos sacerdotes se han implicado en la transcomunicación instrumental en los últimos cincuenta años, en aparente contradicción con los preceptos eclesiásticos sobre la comunicación con personas fallecidas.

En este sentido, uno de los principales divulgadores de la TCI en los últimos años es el sacerdote francés Francoise Brune. La publicación de su libro Los muertos nos hablan constituyó un importante foco de divulgación de la comunicación con presuntas personas fallecidas a través de medios técnicos, que se suma a los cientos de seminarios, conferencias, entrevistas e intervenciones en medios de comunicación de Europa y América que el sacerdote parisiense ha realizado en las últimas décadas.

El sacerdote frances Francoise Brune, investigador de la TCI y autor del libro Los muertos nos hablan.
Respecto a la postura de la Iglesia sobre la comunicación con personas fallecidas, Brune subraya que existe «una evolución gradual del pensamiento dentro de la Iglesia», que poco a poco iría desterrando su aversión a las prácticas que suponen la comunicación con personas fallecidas. Así, pone como argumento la Epístola de san Pablo a los Corintios. En el versículo 12,10, el apóstol enumera la diversidad de los dones del Espíritu Santo: sabiduría, ciencia, fe, la energía de curar, realizar milagros, para hacer profecías, para hablar en lenguas, pero también el «discernimiento de los espíritus». «Sé que los traductores intentan a menudo evitar este texto interpretándolo. Según ellos, significa solamente el discernimiento de dones espirituales, del carisma, etc. Pero la lengua griega tenía palabras para expresar estas cosas. El término usado por san Pablo está muy claro. Significa los espíritus de los muertos», asegura Brune.



La TCI y la ciencia

Todo lo que hemos visto en páginas anteriores podría simplificarse como un conjunto de experiencias donde existe una supuesta comunicación con seres ya fallecidos usando como soporte distintos aparatos electrónicos. Pero el carácter probatorio de estas experiencias se reduce -en el más propicio de los casos-a una convicción personal de los protagonistas. Y es que la ciencia no ha aceptado aún la existencia de este fenómeno, y mucho menos que se trate de comunicaciones con personas ya fallecidas.


En este vídeo el sacerdote Francoise Brune nos explica sus investigaciones sobre la Transcomunicacion Instrumental.

Porque la tecnología es el soporte que sustenta a las presuntas comunicaciones, es la propia técnica la que se hace cargo de las investigaciones, aunque avanza mucho más lentamente que el ritmo que marca el propio fenómeno.
Conocer cuáles son las investigaciones más importantes que se han realizado con supervisión técnica, determinar cuáles son las características que definen a las voces y saber qué dicen los análisis que compararon las voces de vivos y muertos es la temática que abordaremos en el próximo capítulo, así como las hipótesis alternativas que pretenden explicar todos los fenómenos de la transcomunicación instrumental. 
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(He traído un pequeño extracto del libro Vida después de la Vida, del doctor Raymond A. Moody, médico internista que recopiló muchos testimonios de personas que habían atravesado el umbral de la muerte. La coincidencia, en general, de todas las descripciones de E.C.M. (experiencias cercanas a la muerte) donde el paciente siente como se separa del propio cuerpo y se “desplaza” por un túnel hacia una luz y es recibido por parientes ya fallecidos asi como por seres espirituales, es concluyente…)

Del libro VIDA DESPUÉS DE LA VIDA, (Título del original inglés: LIFE AFTER LIFE (1975))   de RAYMOND A. MOODY, JR.




Encuentros con otros

Algunos me dijeron que en determinado momento, mientras estaban muriendo -a veces nada más iniciarse la experiencia, a veces después de que habían tenido lugar otros acontecimientos- se daban cuenta de la presencia de otros seres, que estaban allí para facilitarles la transición a la muerte o, en dos casos, para decirles que su tiempo de morir no había llegado y debían regresar a sus cuerpos físicos.

Tuve esta experiencia cuando estaba teniendo un hijo. El parto fue difícil y perdí mucha sangre. El doctor dio el caso por perdido y dijo a mis parientes que estaba muriendo. Sin embargo, me daba cuenta de todo, y cuando le oí decir eso sentí que volvía en mí. Cuando lo hice, me di cuenta de la presencia de multitudes de ellos flotando por el techo de la habitación. A todos los había conocido en mi vida pasada y ya habían muerto. Reconocí a mi abuela y a una compañera de la escuela, así como a otros muchos parientes y amigos. Creo que, sobre todo, vi sus caras y sentí su presencia. Todos parecían complacidos. Era una ocasión de felicidad y sentí que habían venido para protegerme o guiarme. Era como si estuviera volviendo a casa y ellos se encontraran allí para darme la bienvenida. En ese tiempo tuve la sensación de que todo era luminoso y bello. Fue un momento glorioso.


El doctor Raymond A. Moody JR.
Un hombre recuerda:

Varias semanas antes de mi experiencia de proximidad a la muerte, Bob, un buen amigo mío, había sido asesinado. Cuando salí de mi cuerpo, tuve la sensación de que Bob estaba allí, a mi lado. Podía verlo en mi mente y sentir su presencia, pero era algo extraño. No lo vi con su cuerpo físico. Podía ver cosas, pero no en forma física, sino algo así como en su apariencia. ¿Tiene algún sentido todo esto? Él estaba allí y no tenía cuerpo físico. Era una especie de cuerpo transparente, y aunque podía sentir todas sus partes -piernas, brazos, etc.-, no las veía físicamente. En aquellos momentos no pensé que fuera extraño, pues no necesitaba verlo con mis ojos. No tenía ojos, además.

Le pregunté: «Bob, ¿adónde voy ahora? ¿Qué ha ocurrido? ¿Estoy muerto?» Nunca me respondía, no decía una palabra. A menudo, mientras estuve en el hospital, lo vi allí y le repetí las preguntas; pero nunca respondió. El mismo día que el doctor dijo que viviría, él desapareció. A partir de ese momento ni lo vi ni sentí su presencia. Era como si hubiera estado esperando a que pasase esa frontera final para hablarme y darme todos los detalles de lo que iba a suceder.

En algunos casos, los espíritus que encontraron no eran personas a las que hubieran conocido en la vida física. Una mujer me contó que durante su experiencia de separación del cuerpo no sólo vio su propio y transparente cuerpo espiritual, sino el de otra persona que había fallecido recientemente. No sabía de quién se trataba, pero hizo una observación muy interesante: «No veía que esa persona, ese espíritu, tuviese una edad determinada. Ni siquiera yo tenía un sentido del tiempo.»



En unos cuantos casos, los entrevistados han llegado a creer que los seres con los que se encontraban eran sus «ángeles guardianes». A un hombre, el espíritu le dijo: «Te he ayudado en este estadio de la existencia, ahora te haré pasar a otros.» Una mujer me dijo que, mientras estaba abandonando el cuerpo, detectó la presencia de dos seres que se identificaron como «ayudantes espirituales».
En dos casos muy similares me hablaron de haber escuchado una voz que les decía que no estaban muertos y debían regresar. Uno de ellos lo cuenta así:
Oí una voz. No era una voz de hombre, sino algo que está más allá de los sentidos. Me dijo lo que debía hacer -«regresar»- y que no debía sentir miedo por volver a mi cuerpo físico.

Los seres espirituales pueden tener una forma algo más amorfa.
Mientras estuve muerto en aquel vacío hablé con gente; en realidad no puede decirse que hablase con gente corporal. Tenía la sensación de que había gente que me rodeaba. Podía sentir su presencia e incluso sus movimientos, pero no pude ver a nadie. De cuando en cuando hablaba con alguno de ellos, pero no podía verlos. Siempre que preguntaba qué era lo que ocurría recibía un pensamiento de alguno de ellos diciéndome que no pasaba nada, que estaba muriendo pero que sería hermoso. Por tanto, nunca me preocupé de mi condición. Siempre obtenía una respuesta a cada pregunta que hacía. No dejaron mi mente en la incertidumbre.



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(A continuación una pequeña parte del libro Los grandes contactados, de Manuel Navas Arcos donde los extraterrestres le explican al contactado Mel Noel, un coronel de la Fuerza Aérea Norteamericana, la forma en la cual funcionan los ciclos de reencarnación así como la existencia de Dios y el edificio macrocosmico del propio Universo. Anteriormente existe una entrada en este mismo blog titulada ¿Creéis en Dios? Existen 150 billones de Universos en expansión relacionada con esta temática.)

Del libro Los grandes contactados, de Manuel Navas Arcos

Vosotros debéis aprender y aceptar que hay más de 150 billones de Universos en continua expansión...

LA ALUCINANTE HISTORIA DE MEL NOEL.
(Año 1.953)

El Giornale del Misteri del mes de Enero de 1.975 nos cuenta una alucinante historia de un oficial piloto de la Fuerza Aérea Americana, llamado Mel Noel.
Después de haber callado por muchos años dado que fue obligado al silencio por sus superiores, Noel se ha decidido finalmente a contar sus personales experiencias. Mel Noel no ha buscado ni desea publicidad y no ha recibido ninguna ganancia material por sus manifestaciones. Noel es conocido en su ambiente como persona honesta y digna de estima. Asegura que el contenido de su informe responde plenamente a la verdad y afirma estar decidido a hablar por exigencias de romper, de una vez por todas, la barrera del silencio que la autoridad guarda celosamente en torno al tema UFO. He aquí el informe.



Sucede en 1.953 y en los primeros meses de 1.954. Ninguno de nosotros había tomado parte directa en la guerra de Corea porque todavía frecuentábamos la Escuela de Vuelo. Habíamos sido asignados a una escuadrilla aérea situada en una región occidental de los E.E.U.U. Poco tiempo después tres de nosotros fuimos elegidos y se nos dijo que debíamos participar en una misión. Se nos afirmó que estaba en juego la seguridad del Estado. Nunca supimos por qué la elección había caído sobre nosotros. Se nos había dicho que la misión tenía que ver con los Ufos. Se nos hizo también saber que todo aquello que nos ocurriera en el curso de la misión, era estrictamente secreto y que no podíamos hablar ni con los amigos ni con los familiares, ni siquiera con los otros oficiales; ni tampoco entre nosotros mismos. Nos dijeron: ¡Haced vuestro informe y después olvidad cualquier recuerdo de la mente, haceros la idea de que nada sucedió!.
Por muchas horas seguidas se nos mostró films tomados por aviones militares. Se nos enseñó centenares de fotografías de UFOS, muchos de estos documentos prove­nían de los archivos gubernativos y otros habían sido confiscados a civiles.
Recibímos instrucciones para específicas maniobras de vuelo y se nos aseguró que todas las armas de nuestro Jet F‑86‑A habían sido sustituidas por aparatos fotográficos y cinematográficos, y por películas infrarrojas.



Cuando fuimos instruidos suficientemente sobre la misión, nos pusieron a las órdenes de un Coronel que no hacía parte de nuestra escuadrilla, había venido directamente desde Washington. Durante todo el tiempo él fue nuestro inmediato superior y enseguida se hizo un buen amigo y confidente. Cuando estábamos en misión tenía un comportamiento militar; no hablaba nunca de argumentos persona­les, sociales o de actualidad; pensaba sólo en el silencio.
Antes del inicio de la misión, nosotros estábamos convencidos de que no sucedería nada especial y aunque sabíamos que nuestro trabajo tenía que ver con los UFOS, no pensábamos encontrarnos con ninguno. ¡Y mucho menos escucharlos!

Los primeros vuelos los hicimos para orientarnos con las más diversas situaciones climáticas. Volamos en estrecha formación a cerca de 38.000 pies de altura sobre la región de Rocky Mountains de Idaho, en Utah y también más al norte.
Cuando tuvimos el primer avistamiento, el Teniente X anunció: Bogeys, son las nueve horas, nuestra misma altura. La palabra Bogeys hace parte de una particular terminología del Air Force. Significa objeto volante desconocido; cualquier cosa que no es nuestra y que la vemos junto a nosotros. De esto éramos todos conscientes.
Eran 16 objetos en perfecta formación en V, volaban cerca de nosotros a la misma velocidad; era de 680 nudos (1 nudo = 1.85 Km/h). A esta velocidad era posible distinguirlos relativamente bien. Notábamos que estaban rodeados de un aura, como si fuese una iluminación tenue parecida al neón.

Mi impresión. Estaba bastante confuso, no sabía lo que estaba pasando. Nunca antes había visto ningún objeto semejante. No hablamos después de volar juntos un rato.
Nos acercamos pero obedeciendo la orden de mantener una cierta distancia. Sabíamos bien qué les había sucedido a los aviones que se habían acercado mucho y no teníamos ningún deseo de acabar como ellos.
Los objetos rompieron la formación y se hicieron cuatro grupos de cuatro objetos cada uno. Después de un minuto rompieron también esta formación y nos enseñaron maniobras que son absolutamente imposibles para nuestros aviones; se paraban de repente a velocidades no inferiores a 3.000 millas y así como se apaga una luz. Después arrancaban de la misma forma. Cuando se paraban podíamos distinguir bien los contornos. Tenían un diámetro de 150/180 pies y una altura en su centro de 20 a 30 pies. Cuando aceleraban el color del aura cambiaba como el espectro. No sentíamos ningún ruido.

Todas las maniobras duraron 8 minutos y después los UFOS desaparecieron en la misma forma que habían aparecido. Nada más aterrizar se nos volvió a recordar el mantener silencio sobre cuanto habíamos visto. Hicimos nuestro informe. Nunca supimos si las cámaras fotográficas a bordo de nuestros aviones habían tomado fotos, dado que las películas fueron recogidas apenas habíamos aterrizado. Tampoco supimos donde habían sido llevadas.
Volamos durante algún tiempo sin tener ningún avistamiento. Luego vimos los UFOS por segunda vez y eran 5 y también esta vez fue el Teniente X el que los vió primero. Todo se desarrollo como la primera vez, pero estaban allí y se movían oscilando de arriba a abajo. Las leyes físicas que habíamos estudiado en la escuela nada tenían que ver con sus maniobras.
En el tercer avistamiento se nos ordenó cambiarla frecuencia de nuestros aparatos de radio. Esta orden se nos trasmitió en código, en una forma que nosotros llamamos código alfabético al revés. Tardé 20 o 25 segundos para encontrar la frecuencia.
Cuando finalmente la encontré, oí una voz que hablaba y no era la mía ni ninguna de las otra tres de la escuadrilla. Esta voz respondería a algunas preguntas.
Debo precisar que ni yo ni los otros tres pilotos hicimos ninguna pregunta, y aún así la calidad de la transmisión era tan perfecta como si utilizáramos las radios de la Base. La comunicación era clarísima, la pronunciación y la utilización de las vocales, excelente, sólo que las palabras eran pronunciadas muy lentamente. Más tarde el Coronel dijo que había sido él a preguntar.



Dijo: No he formulado preguntas con la voz, las he pensado simplemente y ellos no han respondido a todas las preguntas, sólo a un par de ellas. Dijo también que la primera pregunta fue:
‑ ¿Creéis en Dios?...
Había preguntado esto porque si se trataba de criaturas inteligentes creyentes en Dios se podía presumir que no tenían intenciones hostiles.

La respuesta la habíamos escuchado todos:
‑ Vosotros debéis aprender y aceptar que hay más de 150 billones de Universos.

La otra pregunta había sido la siguiente:
‑ ¿De dónde Venís?...

La respuesta había sido ésta:
- Nuestras escuadrillas están compuestas por individuos provenientes de los planetas que vosotros llamáis Venus, Júpiter, Mercurio, Marte, Saturno.


Saturno
El resultado de esta aventura fue que cuando aterrizamos no nos teníamos en pie. Estábamos literalmente destruidos, no nos encontrábamos preparados para lo que había sucedido, deseábamos sólo no seguir formando parte de la misión y marchar­nos, y así lo dijimos claramente. Se nos facilitaron tranquilizantes y seguido el Coronel nos dijo: No habléis a ninguno de esta comunicación. Decid sólo que hemos visto los UFOS, pero no hablad del tema de la radio.
El siguiente día fuimos relevados de la misión especial y nos llevaron al servicio regular. Pero era un problema el vivir después de haber pasado aquella experiencia. Yo he hablado con veteranos de guerra, he visto las consecuencias psicológicas del combate cuerpo a cuerpo. Es la misma cosa, se juzga a la humanidad, se juzga el propio modo de pensar, el mundo etc...y se pregunta uno cómo se puede conciliar esta experiencia con mi vida, con mi habitual forma de vida.

Pero ésta es tan sólo la primera parte de la historia.
Dos meses después el Coronel me telefoneó y me dijo: Venga a mi casa, quisiera hablarle. Fui contento porque esperaba que un coloquio con él me ayudaría.
Cuando llegué vi a los otros dos pilotos, habían ya llegado. El Coronel estaba nervioso, caminaba de arriba para abajo y al final nos dice: yo deseo hablar con alguien, debo decir lo que sucede. Lo escuchaba conteniendo la respiración, yo debo tomar una decisión. Continuó Pero tengo la necesidad de hablar con alguno que me pueda entender. Creo que solo vosotros estáis en grado de comprender. Yo he descubierto la verdad. Calló un momento y después continuó: yo soy a pesar de todo un oficial de este país, hago parte de la Fuerza Aérea y tengo deberes y responsabi­lidades. Y la verdad que he descubierto no se concilia con todo esto. Debo tomar una decisión. No sé qué hacer, pero ciertamente ellos no hacen saber nada de cuanto ha de suceder. Dudó un poco y luego concluyó: Esto es cuanto puedo deciros, nos veremos pronto.

Nos telefoneó después de un par de semanas: Venid tengo algo que deciros. Aquella comunicación no fue la primera; es la primera que junto a mí había alguno más. Después nos contó alguna cosa de su experiencia y no creo que nos haya dicho ni una décima parte de cuanto sabía, pero aún así para nosotros era mucho.

Nos dijo también que los discos no pueden volar de un planeta a otro. Las naves madres sirven para el transporte interplanetario de estos discos. Ellos provienen de diversos planetas incluso fuera de nuestro sistema solar.



Durante un vuelo hacia Luke Base Aérea de Phoenix (Arizona) había hablado por primera vez con los pilotos de estas naves. Ellos le habían informado que habían organizado un encuentro a bordo de un UFO a 18 Kms. de Phoenix, el Coronel había entrado en un disco de 150 pies de diámetro que se encontraba en un rincón solitario del campo, apoyándose sobre tres soportes.

Después el Coronel nos ensenó un pequeño disco metálico. Le había sido dicho que retuviera el disco con las manos en el estómago para no sufrir daños en la entrada del campo de fuerza del UFO. A bordo le fue presentado un Maestro y había comenzado a hacerle preguntas sobre el porqué se encontraba allí y sobre lo que se esperaba del futuro. Me dijeron, contó el Coronel, que eran responsables de este planeta que un futuro no se encontraría en condiciones favorables. Nuestro planeta es considerado como un purgatorio donde vienen encarnados quienes tienen proble­mas de fondo por resolver. Ellos me explicaron qué era la reencarnación.

El Maestro hizo una serie de previsiones, incluso sobre el futuro de California. Ellos me anunciaron el inicio de una nueva Era cuyo influjo se estaba ya notando pero que se sentirá plenamente hacia el año 2.000. Como preparación deseamos hacer numerosos cambios políticos, revoluciones religiosas y sociales. Los habitantes de la Tierra producen vibraciones de tipo permanentemente negativas. Nuestro mundo es materialista y no cree más en lo que ve. Los hombres prefieren cosas tangibles, pero debemos aceptar que no poseemos nada, ni siquiera a nuestros propios hijos.

El Coronel dijo después que nosotros los hombres habíamos recibido en cierta medida una licencia para gobernarnos solos. No sabía quién había concedido tal licencia, pero éramos libres de utilizarla tierra, el agua, el aire. No teníamos tasa que pagar por este uso sino cumplir lo que ordenaba la Ley Universal de Causa ‑ Efecto.

El Coronel había pedido explicaciones a propósito de lo que nosotros llamamos Karma. El Maestro había dicho: La reencarnación es simple, como la escuela elemental; se va por primera vez y se aprende lo que es necesario, al final de año se afronta el examen y se es admitido en la clase siguiente que abre mayores posibili­dades de enseñanza. Segundo, se suspende y se debe repetir clase. Tercero, se está en el curso todo el año y se retira uno justo al examen; en este caso, se debe estar por centenares de años, quizá miles, fuera de la escuela antes de coger el nivel de conciencia que consiste en afrontar la prueba.

El Maestro había dicho también: Los niños son vuestra única esperanza. A los cuatro años los habéis ya influenciado con vuestros perjuicios, desconfianza, odio, egoísmo hasta el punto de encontrarse ya en el camino equivocado. Nosotros comenzamos ya educar a los niños a los 3 meses de edad. A los 15 años ya son campeones de la telepatía. Esto es concluyó el Coronel ahora sabéis todo, podéis hacer lo que queráis, aceptarlo o no aceptarlo.

En 1.957 nos separaron y no retorné a Connecticut dos años después recibí un telegrama del Coronel; estaba en el aeropuerto de White Plants y me daba su número de teléfono. Lo llamé y él me invitó a ir a encontrarlo, porque tenía cosas importantes que decirme. Cuando llegué salió a mi encuentro muy contento. ¡He decidido irme con ellos! exclamó yo le dije: Coronel, han pasado 2 años, me debe poner al corriente. ¿Qué quiere decirme? Lo que le he dicho: dentro de tres días me voy con ellos.
‑ ¿Tiene miedo?...
‑ ¡Nada! Soy el hombre más feliz del mundo. Espero este momento como un niño espera a Papa Noel. Sé donde iré y esto es muy importante.

Desde entonces le llamé por teléfono cada día. Si estaba en vuelo, me llamaba él a su regreso. El 27° día lo busqué en el aeropuerto y se me informó que estaba en misión sobre el Atlántico, dejé dicho que me llamase, pero no lo hizo, entonces volví a telefonear y me dijeron que su avión no había regresado. Esperé un par de horas y volví a llamar: Lo estamos buscando, se ha perdido. A la mañana siguiente volví a llamar: Ninguna señal de él ni de su aparato. Renunciamos a buscarlo.

Seguidamente, paso a sintetizar para el lector, los principales aspectos que se dan en este contacto.
1° El testimonio nos viene dado por un oficial de las Fuerzas aéreas americanas. En este aspecto militar podemos observar, como ya en aquel tiempo las Grandes Superpotencias amonestaban a sus pilotos para mantener en silencio la realidad Ovni y Extraterrestre.

2° Vosotros debéis de aprender y aceptar que hay más de 150 billones de Universos...
Esta respuesta a la pregunta ¿Creéis en Dios?, debe hacer reflexionar a las personas de la Tierra que todavía se creen ser los únicos seres inteligentes del Universo. A estas personas las invito a meditar lo siguiente.
Según revelación extraterrestre, este Edificio Macrocósmico el cuál apenas perci­bimos está compuesto por más de 150 billones de Universos en continua expansión.
Si tenemos en cuenta que cada Universo está compuesto por millones y millones de Galaxias como nuestra Vía Láctea o más grandes. Y si cada Galaxia está compuesta por millones y millones de sistemas Solares como el nuestro o más grandes, iremos teniendo una Tierra que viene a ser como un grano de arena frente al desierto de Sahara. De lo que se deduce, que el creernos los únicos seres inteligentes del Universo, es el mayor acto de presunción en el que puede caer el ser humano.
Por otro lado, si el hombre se observara más interiormente, vería como hay una innata predisposición, que tarde o temprano le empuja hacia lo alto. Esta es la Deidad que todo hombre lleva dentro de sí, y que reconoce al Cosmos Infinito como su real Patria.
Un día también el hombre de la Tierra viajará por ese Cosmos con las gratificantes experiencias que ese logro le ofrecerá. Pero antes el hombre deberá saber quién es, que hace aquí, y cuál debe ser su relación con el Todo que le rodea. Solamente entonces podrá ingresar en la Confederación Intelestelar de Mundos redimidos. Nunca antes.


San Francisco, USA
3° La procedencia de las naves extraterrestres de: Venus. Marte, mercurio, Saturno etc., es avalado por el testimonio de otros Contactados. Así mismo, el encontrarnos en estos momentos viviendo un cambio de Era, es un hecho no solamente avalado por los grandes contactados de nuestro tiempo sino también por casi todas las corrientes espiritualistas.
Sobre el futuro de California, aunque Mel Noel no se pronuncia, existen varias fuentes de información que anuncian el inminente hundimiento de Los Angeles, San Francisco y de casi toda California debido al estado precario en que se encuentra la falla de San Andrés.

4° Hemos podido observar como la Reencarnación no es solamente exclusiva propiedad de algunas Religiones de la Tierra. Sino que el extraterrestre la tiene asumida y aceptada en su conciencia.
Efectivamente, la reencarnación es una constante en el Universo entero. No solamente se reencarnan las humanidades, también lo hacen los reinos inferiores. Así mismo, los sistemas Solares y las Galaxias, una vez terminados sus ciclos de fecundidad también se reencarnan. No en vano fue dicho: De polvo a roca y de roca a polvo. Todo muta. Toda cambia. Para servir y ser servido.
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(A continuación transcribo sintetizado un artículo aparecido en la revista española Año Cero, que dirige magistralmente Enrique de Vicente, donde se analiza lo concerniente al Mas Alla, estudios realizados utilizando la TCI (Transcomunicación Instrumental) e incluso las aportaciones de algunos médiums. Destacar el testimonio de Juan Carlos Carmona, cuando su moto fue embestida por un automóvil…)

De la revista Año Cero / Así es el Mas Allá Según médiums, transcomunicadores y protagonistas de Experiencias Cercanas a la Muerte

En su momento, entrevisté a decenas de protagonistas de experiencias cercanas a la muerte (ECM). Para mi sorpresa, los relatos de todos ellos, independientemente de sus creencias, nivel cultural y educativo, ideología, etcétera, eran prácticamente similares en cuanto a la estructura de la trascendente vivencia: el túnel con la luz al fondo, el repaso a la propia vida, él encuentro con entidades espirituales y/o familiares fallecidos, la indescriptible sensación de paz y bienestar y, por supuesto, el regreso a nuestro mundo, la mayor parte de las veces en contra de la voluntad de los propios individuos. « El paraíso existe y yo estuve allí», solían repetirme los protagonistas de ECM. Así lo piensa también Juan Carlos Carmona, quien fue arrollado por un automóvil cuando circulaba con su moto por la Ciudad Universitaria de Madrid. Inmediatamente, contempló desde lo alto su cuerpo tirado en la carretera.
«De pronto, distinguí a lo lejos una luz roja muy potente, como el Sol, pero no deslumbraba nada -me contaba Carmona-, Empecé a aproximarme hacia la misma, que iba creciendo de tamaño según avanzaba. Me vi entonces en un túnel de energía, y acabé atravesando la luz. Sentí lo mismo que cuando se para de golpe un ascensor, y vi un paisaje verde y, al fondo, varios edificios blancos dentro de una cúpula de cristal. Todo emitía una especie de resplandor indescriptible», En ese momento, mi informante vio cómo se le aproximaba un ser luminiscente, que le dijo: «Todavía no es tu momento, regresarás. Pero antes vamos a repasar tu vida». Inmediatamente, empezó a contemplar toda su existencia. «Pasaba muy rápido, pero lo entendía todo, al tiempo que sentía cómo habían afectado mis acciones a otras personas. En esa época era cazador, y te juro que percibí el sufrimiento de los animales, Nunca más volví a practicar la caza. De pronto, noté otra vez como si un ascensor se parara, y desperté en mi cuerpo. Iba dentro de un coche que me trasladaba a toda velocidad al hospital».



UNA FELICIDAD INDESCRIPTIBLE

El contacto con esa inefable luz al final del túnel constituye, según los protagonistas de ECM, el acceso a la auténtica existencia, al paraíso, al nirvana, al cielo que tratan de explicar numerosas religiones. «Al llegar a la luz sentí una felicidad tan inmensa que no existen palabras que la puedan expresar -narra Adela de la Fuente en su libro Mi experiencia en el Más Allá (Obelisco, 1996)-, Descubrí que la luz no me resultaba extraña. Por el contrario, presentí haberla conocido desde siempre. En cuanto estuve a solas con la luz o con Dios, porque para mí es lo mismo, lo comprendí todo: el para qué de nuestra existencia y el porqué de la creación».
Efectivamente, esa sensación de plenitud absoluta, de entender la razón de la vida, de comunión cósmica, se repite en muchos relatos de ECM. En cuanto a esa inaprensible luminosidad, De la Fuente refiere lo mismo que decenas de miles de personas que pasaron por el mismo trance: que la luz no sólo es la Inteligencia Creadora, sino que nosotros mismos formamos parte de ella, que somos chispas de Dios que, en su afán evolutivo, se «reparte» por diferentes universos y mundos para experimentar todas las vivencias posibles En definitiva, aquellos que protagonizaron una ECM reconocen a esa Luz-Dios porque todos nosotros somos dicho «resplandor divino».



Pero, ¿por qué la luminosidad siempre suele encontrarse al final de un túnel? Quizá la física posea la respuesta, pues científicos de la talla de Albert Einstein y su más estrecho colaborador Nathan Rosen, estaban convencidos de que las partículas subatómicas -que constituyen la base de la materia-son en realidad una especie de minúsculos agujeros negros. Según Einstein y Rosen, las partículas subatómicas podrían contemplarse como distorsiones del espacio-tiempo, es decir, agujeros de gusano en el espacio curvado. Recientemente, el gran astrofísico Stephen Hawking, a quien algunos comparan con el mismísimo Einstein, retomó la idea del genio alemán para demostrar que cuando los agujeros negros se evaporan, emiten un débil resplandor de energía. Después de millones de años desprendiendo energía, el agujero negro se encoge, alcanzando el tamaño de una partícula subatómica o, si queremos expresarlo de otro modo, transformándose en realidad en una partícula subatómica.

Esta teoría, plenamente aceptada por buena parte de los físicos teóricos, plantea unas trascendentes implicaciones, puesto que supondría que todas las partículas subatómicas del universo -y, por tanto, también los seres vivos-serían miniagujeros de gusano, o sea, ínfimas entradas a mundos paralelos, puesto que los agujeros de gusano no son otra cosa que puentes que conectan distintas regiones del espacio-tiempo. Por tanto, la realidad tridimensional en la que vivimos estaría conectada con esos otros universos. De este modo, cuando cesa la actividad física, nuestra esencia -esas partículas subatómicas-«escaparía» a través de un agujero de gusano (el túnel descrito en las ECM) hasta un universo paralelo (la luz al final del túnel)



UN LUGAR REPLETO DE VIDA Y ARMONIA

Disponemos de infinidad de relatos de ECM, pero ¿qué sabemos sobre lo que sucede cuando no hay posibilidad de regresar a nuestro mundo? ¿Cómo es el Más Allá? ¿Qué actividades realizaremos en ese «otro lado »? ¿Nos reencarnaremos o viviremos eternamente en esa dimensión paralela? Las decenas de miles de supuestas comunicaciones procedentes del Más Allá que han recibido infinidad de médiums desde el año 1857, cuando Allan Kardec inició el movimiento espiritista mundial, revelan que en primer lugar somos recibidos por parientes y amigos ya fallecidos y, en ciertos casos, trasladados a una especie de «casa de reposo» donde ciertas entidades se encargan de que nos aclimatemos a nuestro nuevo estado.
«Cuando llegan los fallecidos recientes, rodeados de algunos parientes y amigos, son conducidos hacia un centro de recepción. Allí son estudiados para ver si pueden viajar o más bien son enviados a la casa de reposo para un período de reajuste», relata el investigador Hans Holzder, según la narración de los numerosos médiums a los que pudo entrevistar. Otro estudioso, Harold Sherman, llegó a idéntica conclusión tras consultar a un buen puñado de espiritistas: «Alrededor de la Tierra existen unos lugares de reposo donde son llevados los fallecidos para recibir cuidados y atenciones antes de pasar a otras dimensiones o planos de existencia. La estancia en ellos dependerá de los ajustes que necesiten para poder experimentar la nueva vida».



Según diversos médiums y aquellos que han vivido una ECM, el «otro lado» sería igualmente físico, pero con una «densidad» menor que nuestra realidad tridimensional. Habría edificios, jardines, una exuberante naturaleza, bibliotecas, etc. y, por supuesto, seguiríamos siendo quienes somos, con nuestro carácter, pensamientos y experiencias vitales. En su extraordinario libro Crónicas del Más Allá (Zenith, 2013), la periodista e investigadora paranormal Sol Blanco-Soler escribe: «Algunas comunicaciones hablan de la increíble belleza del plano astral. Dicen que todo el ambiente está como iluminado, que cada flor estalla en brillantes colores, los árboles no tienen las hojas marchitas y las fragancias son exquisitas. Todo está lleno de vida y armonía».

Otro médium, Edward G. Randall, recibió el siguiente mensaje de uno de sus guías espirituales: «Nuestro mundo se compone de materia tan definida y real como el vuestro, pero ésta vibra a un nivel superior. Por consiguiente, vuestros sentidos sin desarrollar no tienen una gran conciencia de ello. Nosotros provenimos de vuestro plano y tenemos la experiencia de esta evolución; por ello, probablemente, resulta más fácil para nosotros volver atrás que para vosotros echar un vistazo hacia delante». Esta sorprendente comunicación va en la línea de la tesis defendida por la mayoría de los físicos cuánticos, según la cual estaríamos rodeados de otras dimensiones, pero no podríamos contemplarlas ni detectarlas con nuestros más modernos desarrollos tecnológicos, al menos de momento.



Michio Kaku, profesor de Física Teórica en la Universidad de Nueva York y uno de los mejores divulgadores científicos del momento, lo explica del siguiente modo en su magnífica obra Universos para/e/os (Atalanta, 2005): «El Premio Nobel Steven Weinberg equipara esta teoría del universo múltiple a la radio. A nuestro alrededor  hay cientos de ondas de radio diferentes que se emiten desde emisoras distantes. En cualquier momento dado, nuestra oficina, coche o sala de estar está repleta  de ondas de radio. Sin embargo, si conectamos la radio, podremos escuchar sólo una frecuencia cada vez; las demás frecuencias están en decoherencia y dejan de estar en fase una con la otra. Cada emisora de radio tiene una energía diferente, una frecuencia diferente. Como resultado, nuestra radio sólo puede sintonizar una emisora cada vez…»

Del mismo modo, en nuestro universo estamos “sintonizados” en una frecuencia que corresponde a la realidad física. Pero hay un número infinito de realidades paralelas que coexisten con nosotros en la misma habitación, aunque no podamos “sintonizarlas”. Aunque estos mundos son muy parecidos, cada uno tiene una energía diferente. Y como cada mundo consiste en millones y millones de átomos, esto significa que la diferencia de energía puede ser muy grande. Como la frecuencia de estas ondas es proporcional a su energía (según la Ley de Planck), esto significa que las ondas de cada mundo vibran a frecuencias diferentes y no pueden interaccionar entre ellas».




«SEGUIMOS MANTENIENDO LA MISMA PERSONALIDAD»

Al igual que los mensajes recibidos por los médiums en el último siglo y medio han conformado una cosmogonía sobre cómo es el Más Allá, también las comunicaciones con el «otro lado» captadas por los practicantes de la Transcomunicación Instrumental (TCI) -el contacto con los espíritus a través de medios tecnológicos como grabadoras, radios desintonizadas, televisiones, ordenadores, etc.-ofrecen una panorámica en relación a lo que ocurre tras la muerte. Uno de los equipos de transcomunicadores más activos, el formado por el matrimonio luxemburgués Maggy y Jules Harsch-Fischbach, obtuvo una grabación, supuestamente procedente de entidades del “otro lado”, en la que se puede escuchar lo siguiente: “Nosotros no tenemos un cuerpo como el suyo. Este se origina sobre una base de vibraciones más finas. Aquí no existen enfermedades, los miembros que faltan crecen nuevamente. Los cuerpos que en su mundo estaban atrofiados, aquí son regenerados”. Así, nuestro mundo tridimensional estaría en un primer estadio evolutivo. Una vez fallecidos ascenderíamos a un segundo plano de la existencia, que es el “lugar” de donde procederían por regla general las entidades que contactan con los transcomunicadores

En esa dimensión morarían billones de seres procedentes de todos los planetas habitados del universo, agrupados dependiendo de su nivel evolutivo. Algunos humanos prácticamente olvidan su paso por la Tierra, pero otros siguen conservando ciertas costumbres, llegando incluso a tener relaciones sentimentales y sexuales, aunque no es posible la procreación. Eso sí, mantendremos el carácter, convicciones y conocimientos que teníamos en la Tierra. Es decir, aunque nos desarrollemos en otro plano, seguiremos siendo nosotros mismos. La finalidad de la existencia en ese segundo plano consiste en aprender los conocimientos espirituales suficientes para “escalar” al siguiente nivel de evolución. Y así hasta llegar a las máximas cotas y fundirnos con “el origen de todo” o, dicho de otro modo, con Dios.




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(En este caso he transcrito una pequeña parte del libro El libro de los guardianes y vigilantes  de los mundos,  del contactado Sixto Paz Wells, quien estableció comunicación con extraterrestres de Ganimedes, satélite de Júpiter. Según le explicaron, el Universo está conformado en diferentes niveles de creación, de este modo, el universo espiritual creó al mental y este, finalmente hizo posible el universo material. Se deduce que todas las criaturas de niveles inferiores buscaran de forma innata el modo de alcanzar ese Universo espiritual.)

Júpiter y su satélite, Ganimedes

Del libro El libro de los guardianes y vigilantes  de los mundos,  de Sixto Paz Wells

Durante la meditación más de uno nos sentimos impulsados a tomar entre nuestras manos papel y lápiz, y transcribir lo que vertiginosamente venía a nuestra mente.  La sensación era extraña, como de una presión intensa en la nuca y en la frente, así como mucho calor y, como una energía extraordinaria concentrada sobre el brazo y la mano, que la hacía muy pesada.  Sin embargo toda la captación era algo muy agradable, como si a uno le hablasen al oído.
A lo largo de la recepción nos permitimos ir haciendo preguntas que nos ayudaran a profundizar los temas que se nos fueron planteando.  El resultado final de ésta y otras recepciones similares, es este gran mensaje o revelación sobre un tema tan importante como es “El Plan Cósmico”, y que nos lleva a vislumbrar el rol y la gran misión de la humanidad.



Los mensajes decían:
–Sí, Oxalc, somos vuestros hermanos guías del cosmos en contacto desde nuestras naves que se encuentran, unas orbitando vuestro planeta y otras en bases submarinas y subterráneas.
– ¿Quiénes son ustedes realmente?
–Somos viajeros por el tiempo y el espacio... Pertenecemos a diversos órdenes jerárquicos.
– ¿De dónde proceden?
– De diversos puntos de esta galaxia y de galaxias cercanas, así como de diferentes planos de conciencia y diferentes dimensiones.
– ¿Cuántas civilizaciones distintas están llegando a nuestro mundo?
– Autorizadas y sin autorización suman unas sesenta.
– ¿Todas vienen con buenas intenciones?
– El que lleguen algunas sin permiso demuestra que hay de todo en el espacio como lo hay en  la Tierra.  Pero sí es bueno aclararles, que no es tan fácil que quienes no vienen con buenas intenciones puedan actuar libremente en vuestro mundo.
En este momento está establecida una cuarentena planetaria resguardándolos de las arbitrariedades de algunos; aunque nunca falta quien logra burlar los controles existentes.

– ¿Es que acaso hay como unos guardianes y vigilantes?
– Existen en esta galaxia aquellos que son conocidos como los Sembradores de Vida o Ingenieros Genéticos, encargados de ayudar a la naturaleza esparciendo la vida inteligente por los diversos rincones de la galaxia; luego vienen los Guardianes y Vigilantes cuya labor se concentra en el control de los procesos iniciados en planetas seleccionados para la experimentación, o en la protección y supervisión de los mundos en surgimiento; y finalmente vienen los Instructores, contingente a cargo del suministro de información y conocimiento así como de la ayuda en la activación de mecanismos que contribuyan al despertar de las conciencias y de las potencialidades internas de la mente.  Todos ellos están bajo la coordinación y dirección de un Consejo principal de Ancianos conocido como el Consejo de los 24 Ancianos de la Galaxia o Consejo de la Confederación de Mundos, que agrupa a todos los mundos más evolucionados de la galaxia en capacidad de ayudarse y dar ayuda a otros.
– ¿Cómo puede ser que entre civilizaciones tan avanzadas aún se encuentren algunas que sean agresivas?
– Simplemente hay quienes vienen a lo suyo, sin importarles los procesos propios de otros mundos; y hay otros que no están de acuerdo con el Plan Cósmico tal y como está dispuesto, y consideran que su intervención en tal o cual planeta está plenamente justificada si es útil para mantener un orden conveniente a ciertos intereses que no necesariamente suelen ser los de la mayoría. Además el gran avance tecnológico no es garantía de un similar avance ético y espiritual.
– Entonces, ¿ciertamente hay un Plan Cósmico? ¿Cuál es y en qué consiste?
– Ustedes lo han dicho...  Pero vamos paso a paso para que lo puedan entender.



– Hermanos Guías, ¿cómo empezó todo?
Al principio de este nuevo principio del universo material, todo era ausencia y oscuridad, luego, la Voluntad Suprema del Profundo Amor de la Conciencia Cósmica que es la manifestación del Creador en el universo material, permitió que se materializara la presencia y la luz, ocupando una parte del todo, y a partir de ese momento, ha habido un continua sucesión de momentos de oscuridad y de luz, de ausencia y presencia, dentro y fuera de todos y de todo, en una lucha de primacía que mantiene la dinámica de evolución.  Ha sido así hasta que llegue el tiempo sin tiempo, en que la luz brote del interior de cada ser como cuando el agua brota de una peña, y sea entonces que no importe la posible oscuridad exterior por cuanto los pasos que se den serán intuitivamente seguros, y a la vez conscientes de ser guiados por la reconexión alcanzada con esa Voluntad Superior.

Esa luz la dará el conocimiento y la certeza del propósito de la vida y del Plan Cósmico para con la humanidad con la humanidad.  Conocimiento que será revelado en al medida que vaya brotando en los seres la necesidad de búsqueda de respuestas.  Y es que el conocimiento como el agua, es buscada afanosamente sólo cuando hay sed, porque cuando hay sed hasta el instinto mismo les ayuda a encontrarla.
La comprensión y el conocimiento permitirán también descubrir la eterna presencia que mora en todo y en todos, a partir de lo cual la soledad no existirá más.



– ¿Hubo más de un principio?
– Ha habido muchos y muy distintos, porque el Creador –que está tras el universo de su creación—, se experimenta a sí mismo a través de sus criaturas.  El actual principio es uno más... Es como si estuviésemos a la mañana de un nuevo día y el panorama se presenta innovador.
– ¿El universo es finito o infinito?
– El universo material tiene principio y tiene fin.  Empezó y terminará.  Es como una gran esfera, tiene fin pero no posee límites.
– ¿Hay sólo un universo?
– Hay múltiples; pero esencialmente podemos sintetizarlos en tres universos, uno contenido dentro de otro.  El universo inicial o primordial que es el interno es el llamado universo espiritual.  Este ha generado al universo mental que es el llamado eterno, y éste a su vez ha creado al universo material o externo.  Cada uno actúa a través del otro.

El universo material posee siete dimensiones, por ello los seres conscientes y pensantes tienen siete cuerpos para actuar en aquellas siete dimensiones.  Para despertar la conciencia en cada uno de esos siete cuerpos, se requiere activar los siete centros o vórtices de energía interior que se poseen ubicados a lo largo de la columna vertebral, y ello se logra cuando llegamos a conocer y vivenciar las siete leyes y principios universales que rigen la creación.
En la medida que se va evolucionando los primeros vehículos se van tornando más sutiles, pero con la posibilidad cada vez mayor de actuar e influenciar en los planos más densos.



El contactado italiano Giorgio Dibitonto


El contactado peruano, Sixto Paz Wells